Capítulo 23

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Rasco mis ojos al mismo tiempo que descanso la cabeza entre mis manos. No quiero verme en el espejo. Tomo el pequeño bolsito con mi maquillaje dentro y saco la base; creo recordar como hacerlo. Con un poco en la esponja, comienzo a aplicarla en mi frente y mejillas; unos repentinos pasos a mi lado me hacen temblar. Mas me tranquilizo cuando encuentro los ojos marrones de mamá, prestándo atención.

-¿Qué estás haciéndo, amor?-Pregunta con las cejas juntas y se acerca hasta quedar frente a mi.

-Me maquillo.-Digo algo obvia.

-Deja que te ayude.-Me quita las cosas de las manos-Cierra los ojos.-Hago lo que dice y empieza a arreglar mi desastre.

Después de soñar con el reflejo por un mes completo, cada noche, en las cuales despertaba llorando, ya no puedo verme en el espejo. Y mamá ya no pregunta por qué. No hay ningúna razón que pueda darle para hacerle entender el miedo que ha ido creciendo dentro de mi con tanta rapidez que yo misma me sorprendo. Mis manos tiemblan, tengo ojeras negras bajo los ojos, mi cabello se cae por montones, y apenas logro calmarme cuando Harry me toca. Él parece ser lo único real ahora.

-Listo.-Dice y deja las cosas en mi tocador.

Abro los ojos y sonrío cuando uno la mirada con ella. Me devuelve el gesto, al mismo tiempo que peina un mechón de cabello detrás de mi oreja; sé que la hago sentirse preocupada, pero no puedo controlar lo que pasa en mi cabeza.

-Preparé tu platillo favorito para la cena.-Saca el delineador negro junto con el rímel del bolsito-Cierra los ojos.

-No tenías que hacerlo, mamá.

-Noche buena no sería lo mismo sin el cordero de tu padre.-Termina con el delineador y me aplica el rímel con cuidado-Jack siempre lo hacía para ti, así que dije... ¿Por qué no?-Porque no he comido nada en dos días.

Lo último que bajó por mi garganta fue la avena que Harry me preparó la otra noche, con tal de que comiera algo.

-Listo.-La veo de nuevo, su rostro parece brillar-Hermosa.-Sonrío.

-Gracias, mamá.-Le da un toquecito a mi barbilla y me devuelve el gesto.

Me quito la coleta del cabello y lo desordeno un poco con mis manos. Ni siquiera sé como me veo, pero no importa. De todas formas no hay mucho que pueda hacer. Camino hasta mi ropero mientras mamá guarda mis cosas de nuevo, y tomo el vestido con pequeñas piedritas, no tengo el ánimo para usarlo. Veo el que está a su lado, mucho mejor. Toco la suave tela color borgoña, este me gusta. Lo dejo en la puerta, y me tumbo sobre mi cama para subir las mallas negras por mis piernas.

-¿Dónde está Harry, amor?-Pregunta mamá bajo el umbral.

-Está trayendo mi regalo.-Sonrío de forma inconsiente.

-Oh...-Hay cierto tono de ternura en su voz.

-Gracias a Dios él no encontró el suyo.-De pie, saco la caja marrón con un lazo rojo de abajo de la cama.

-¡Oh!-Dice con sorpresa mientras se acerca, llena de emoción, haciendo eco con sus tacones-¿Qué es?-Empiezo a reír.

-¡Es un secreto, mamá! Lo verás mañana.-La desilusión en su rostro la hace ver como una niña.

-Bien...-Musita-Terminaré la cena, entonces. Robert no puede estar solo por tanto tiempo.-Me guiña un ojo y sale de mi habitación.

La alegría se desvanece de mi mientras matengo los ojos fijos en el regalo de Harry. Ni siquiera recuerdo lo que es. Lo dejo a un lado y tomo el vestido de nuevo, una vez que lo tengo puesto, bajo la mirada; me queda grande. He pérdido mucho peso desde hace un mes. Las tiritas cortas apenas se unen a mi piel, y mis pechos parecen haberse pérdido en la tela. Suspiro mientras me pongo mis zapatos bajos con brillitos, no puedo hacer nada ahora. Tomo la caja con el lazo rojo de nuevo y salgo de mi habitación, evitando el espejo, a pesar de que está viéndo hacia la pared.

MADNESS - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora