Capítulo 24

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La molesta luz del sol en plena mañana hace que mis ojos duelan. Muevo mi mano por la cama, en busca de Harry, pero no lo encuentro. Unos pasos acercándose cada vez más llaman mi atención, y logran que sonría.

-Pensé que te habías ido...-Mi voz es débil.

Abro los ojos ligeramente, y me paralizo al unir la mirada con el reflejo. No. Por favor, no. Sonríe de forma burlona, al mismo tiempo que siento mis ojos llenarse de lágrimas. Esto no puede estar pasando, no. Por favor... no.

-Hola, nena.-Dice mientras le da un toquecito a mi barbilla.

Me aparto de forma brusca de su toque, pero es casi imposible. Apenas me puedo mover. Tomo la mascarilla de oxígeno con cuidado, y toda mi concentración puesta en llenar mis púlmones de aire. La escucho reír de forma arrogante, con sus pasos viajando de un lado a otro.

-Yo te maté...-Susurro.

-¿Ah?-Deja la revista que tenía en las manos a un lado-Oh, eso... Bueno, verás...-Toma la manta blanca que cubre la mitad de mi cuerpo y hace que llegue hasta mis pies.

Puedo ver todo mejor. Tengo cortadas profundas en mis muslos, al igual que en mi brazos. Mis heridas están cubiertas con vendas y el fuerte olor de los medicamentos explica el porqué no logro moverme. Veo su rostro algo borroso, apenas puedo mantenerme despierta. Me cubre con la suave tela de nuevo y se sienta a mi lado.

-Realmente no me "mataste".-Hace comillas con los dedos-Ni siquiera un rasguño. Tú te hiciste eso sola.

-No...-Me sujeto con fuerza de la mascarilla.

-Pao, siempre tan cabeza dura.-Me da un golpecito en la frente-¿No lo has comprendido aún? Eres una paciente de alto riesgo. Eres peligrosa para la sociedad y para ti misma. Por eso estás sedada, como un animal salvaje.-Le da unos golpecitos a la bolsita transparente que cuelga a mi lado.

-Tú... me metiste aquí...-Deja salir una risita.

-Eres tan inocente.-Rueda los ojos-Ese chico al que creías hablarle hace un rato, el del cabello desordenado y mal vestido, es el motivo del porqué estás aquí. Así que no intentes echarme toda la culpa...

Niego con la cabeza, mientras intento callar su molesta voz.

-Oh, claro que sí. Si no me crees puedes preguntarle a tu madre, ella lo vio todo, o incluso a tu hermano. Ambos estaban muy asustados.-La veo con las cejas juntas-Olvidé que te dieron calmantes cuando la diversión empezó. Justo después de que perdieras el control, Harry llamó al doctor que viene a verte cada tanto. Creo que nunca había visto a alguien llegar tan rápido en una emergencia. Realmente fue una pena ver que pidieras su ayuda cuando él mismo hizo que te encerraran.

-No sabes de lo que hablas...

-Oh... Vaya que lo sé.-Cierro mis ojos con fuerza, intentando hacerla desaparecer-Si no me crees, mira su diario...

El silencio me rodea de nuevo, y me atrevo a abrir los ojos. Esta vez estoy sola. Mis ojos recorren toda la habitación, aún no tengo idea de donde estoy. Levanto mi brazo un poco, apenas para poder verlo, y encuentro las mismas heridas de hace un rato. El área más afectada está cubierta con vendas, mientras que las heridas superficiales apenas parecen haber recibido una buena dósis de antibióticos y cicatrizador. Veo la palma de mi mano derecha, también está mal herida. Pero nada de esto me provoca tanto dolor como el haber batallado con ella en vano. Volvió, y está lista para hacerme perder la cabeza de nuevo. ¿De qué diablos estaba hablando? Harry jamás sería capaz de encerrarme, como ella dice. Sé que no me defendió cuando estaba en el baño por que la puerta estaba asegurada, y sabía que necesitaría ayuda, así que... llamó al doctor Thompson...

MADNESS - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora