Capítulo 28

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Termino de vestirme, la camiseta blanca y pantalones de chándal han reemplazado a la vieja bata, y salgo del baño. Camino hasta mi habitación de nuevo y sonrío al unir la mirada con Cindy, está preparando mi desayuno.

-Buenos días.-Digo al entrar.

-Buenos días.-Me sigue con la mirada-Hoy despertaste temprano.-Dice con una sonrisa de oreja a oreja.

-Ya no es tan divertido dormir...-Me siento en la cama-Además, mañanas como esta no son para estar en la cama.-Asiente y me da la razón.

El mes de Mayo siempre me recordará al abuelo Toto y a la abuela Meryl, y a todos los veranos que pasamos con ellos. Tomo el tenedor y comienzo a comer la fruta.

-¿Qué quieres hacer hoy?-Pregunta y se sienta a mi lado.

Me tomo mi tiempo para responder, tengo la boca llena.

-Bueno...-Trago y bebo un poco de zumo-Planeaba pintar de nuevo, ¿sabes? No hay mucho que puedas hacer en un hospital psiquiátrico.-Ríe entre dientes.

-Podrías ir al pabellón de jóvenes. Hay muchos otros pacientes con quienes puedes charlar.

-Prefiero el aire fresco.-Tomo el último pedacito de fruta y lo como-Y creo que soy demasiado loca para ellos.-Reímos juntas.

Veo mi plato vacío en busca de más comida y frunzo el ceño.

-¿Qué?-Pregunta.

-Aún tengo hambre...-Me mira con sorpresa-Quisiera comer de los pancakes de mamá, con un poco mantequilla y miel, y tal vez una taza de café.-Se me hace la boca agua al imaginarlos.

Se queda en silencio un segundo, con las cejas arqueadas y ojos muy abiertos.

-Tienes mucho apetito últimamente...-Recoge la pequeña mesa.

-Deberías estar feliz por eso.-Digo de forma divertida mientras me pongo las sandalias.

-No me malinterpretes, estoy feliz. Es solo que... se te dio de repente.-Se encoge de hombros.

-Sí, lo sé. Me he sentido diferente estos días.-Hace un gesto con la boca, sin tomarle mucha importancia, y sale de la habitación.

Salgo de la cama y camino hasta el armario; ahora lo utilizo para guardar mis pinturas y lienzos que Andrew y mamá compran para mi. Saco el pequeño bolso con las pinturas que mamá me dió en Navidad y un lienzo.

-¿Necesitas ayuda con eso?-Cindy está a mi lado.

-Por favor.-Sacude sus manos y toma el caballete.

-¿Quieres ir afuera?-Asiento y de inmediato salimos de la habitación.

Bajamos por el ascensor charlando, como es usual. No creo conocer a alguien a quien le guste hablar tanto como a Cindy, y el que yo por fin lo hiciera desde hace un mes, debe haber sido lo mejor que le pasara desde que llegó a este hospital. Salimos y en cuestión de segundos llegamos al jardín. Caminamos un par de metros lejos del hospital, yo delante de ella, y me detengo.

-Aquí es perfecto.

Llega a mi lado y sonríe. Acomoda el caballete frente a mi, y dejo el lienzo en su lugar.

-Eso fue fácil.-Dice cuando recobra su aliento, haciéndome reír.

-Gracias.-Sonrío y me devuelve el gesto.

-Es un placer, cariño.-Le da unos golpecitos a mi hombro-Estaré cerca, por si me necesitas.-Dice y la veo marcharse.

Abro el pequeño bolso manchado de colores. Es la misma rituna de todos los días, pero no me importa. Se siente como la primera vez siempre que las uso; aunque están apunto de acabarse, y hay cuadros míos por todo el hospital. Veo a mi alrededor, no hay nada más que los mismos pinos de siempre. Suspiro y giro a ver hacia atrás, el enorme hospital rodeado de otros enfermos es todo lo que hay.

MADNESS - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora