Capítulo 25

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"No te preocupes, cariño. No dolerá." La enfermera de cuerpo corpulento y cabello claro toma la aguja de mi ante mano "¿Lista?" Apenas asiento.

Cierro los ojos y espero sentir una punzada.

"Listo." La veo con sorpresa.

Ríe un poco y le da unos golpecitos a mi hombro.

"Te dije que no dolería." Sonrío "Vamos a ver tus heridas."

Me quita las vendas de los brazos con cuidado, seguidas de las de mis piernas.

Bajo la mirada, aún están rojas, combinadas con el color púrpura y verde de mis moretones, pero mucho mejor que la última vez.

"¿Te duelen mucho?" Niego con la cabeza "¿Arden?" Asiento "Bien." Toma una pequeña crema blanca "Esto ayudará, además de que hace que cicatricen más rápido."

Veo con atención como la aplica en mi piel dañada, y recuerdo cuando Harry hizo lo mismo con mis rodillas. No puedo evitar que el horrible sentimiento de vacío se apodere de mí, junto con mi corazón roto y enorme arrepentimiento. Las lágrimas bajan por mis mejillas sin mi consentimiento, y llamo su atención. Frunce el ceño y se detiene.

"¿Te lastimo?" Niego con la cabeza al mismo tiempo que limpio mi rostro "Ya voy a terminar, cariño." Deja un poco en mi brazo y limpia sus dedos con una toallita húmeda.

Se pone de pie y acaricia mi cabeza con cuidado.

"Iré por Frank. De todas formas me pidió que le avisara cuando terminara..." Dice mientras se aleja.

Recobro el aliento de nuevo; antes era más fácil con la mascarilla de oxígeno. Frank aparece en el umbral, con su tabla para escribir y un bolígrafo. Sonríe al verme y se sienta en la silla que está a mi lado.

"Señorita Green, ¿cómo estás hoy?" Pregunta y asiento "¿Aún no tienes ganas de hablar?" Bajo la mirada "Bien... Solo un par de preguntas, responderás sí o no, ¿entendido?" Asiento "¿Has dormido bien?" Niego con la cabeza "¿Vas al baño regularmente?" Asiento "¿Sientes algún efecto secundario del medicamento?" Me encogo de hombros, no logro sentir nada del todo "¿Has vuelto a escuchar voces?" Niego con la cabeza "¿Eres consciente de lo que pasó?" Asiento "¿Qué piensas al respecto?"

Me quedo en silencio, solo con los ojos en los suyos, y veo como hace una mueca de desilución.

"Bueno, lo intenté." Sonrío y mira su reloj "Intenta descansar un poco..." Está apunto de marcharse, pero se detiene "Y cúbrete, hace mucho frío." Asiento y lo veo alejarse.

Llevo la cobija blanca hasta mi pecho y formo un capullo. Ahora estoy bien. Si es que así se le podría llamar, o por lo menos lo que cabe en lo normal cuando estás en un hospital psiquiátrico. El tiempo pasa volando, nunca tengo idea de qué hora es, ni de qué día. Aunque a veces es un infierno, en el cual los segundos parecen horas y las horas meses, que se convierten en siglos. Dejo mis ojos en un punto fijo, pérdida. Supongo que el medicamento me abstiene totalmente de mi capacidad para pensar, o quizá así son las personas normales.

Unos golpecitos en la puerta me sobresaltan y levanto la mirada, con la esperanza de que sea él, pero por supuesto que no lo es. Aunque no me entristezco en lo absoluto al ver los ojos marrones de Andrew. Me regala su típica sonrisa de siempre, y se acerca rápidamente. Le devuelvo el gesto y me lanzo sobre él, con mis brazos en su cuello mientras lo abrazo con fuerza. Está helado, a pesar de que lleva dos abrigos.

"Hermanita..." Su voz es débil y noto como se quiebra un poco.

No respondo, y él no dice nada más. ¿Qué debo decir ahora? Él ya lo sabe todo, y aún así me quiere.

MADNESS - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora