Diciembre 17
Ha sido un buen tiempo desde la última vez que escribí algo aquí. Un millón de cosas han cambiado, y no puedo dejar de recordarme a mí mismo lo dichoso que soy de tener cada una de ellas en mi vida. Pao... ¿Qué puedo decir? No tengo palabras para explicarlo todo, ni tanto tiempo o páginas para escribir todo lo que ha pasado desde la última vez. Y no deja de asombrarme lo mucho que nuestras vidas han cambiado. Era el fin de este diario, ¿no? "La bitácora de mi vida."
Pues aquí va...
El día siguiente al que le dieron de alta del hospital, comenzamos su mudanza. Había prometido que seríamos solo ella y yo, y que me ayudaría con todo. Pero, ¿cómo una chica embarazada podría hacerlo? Todavía río al recordarla dormida desde el inicio hasta el final, en el pequeño sofá que está en la sala de estar, mientras su hermano y yo metíamos las docenas de cajas llenas con su ropa, libros, zapatos, maquillaje... Todas sus pertenencias, para ser más específico. Para el momento en el que por fin despertó, empezó a llorar porque se sentía culpable. Solo logré consolarla al pedir comida mexicana, porque de repente sentía antojo de tacos. Vaya que la amo. Con cada espacio de mi ser.
A partir de ese momento nuestras vidas comenzaron. Todos los días son iguales, despertamos casi al medio día, ordenamos algo de comer (porque ella no sabe cocinar ni un huevo frito, y porque yo soy demasiado perezoso). Cuando terminamos de comer, dedicamos nuestro tiempo a leer o ver películas viejas, preferiblemente alguna comedia romántica. Apenas logro escribir canciones mientras estoy con ella, porque realmente solo me doy cuenta de lo mucho que la necesito cuando no estamos juntos. Cuando estamos juntos, me dedico a simplemente sentir el momento, con cada emoción que trae, a amarla. Por lo que me he dado un tiempo de las presentaciones para estar juntos. Y si en algún momento se nos antoja, salimos a caminar hasta que se oscurece. Aunque ya no lo hacemos con tanta frecuencia.
Han pasado varios meses desde ese día, no sé cuantos en realidad, no estoy de humor para contarlos. Pao está por tener a nuestro bebé, los nervios me comen vivo, ya tenemos todo listo... y aún no sabemos el sexo; solo sabemos que si es una niña, se llamará Darcy (yo lo elegí) y si es un niño, se llamará Jack, igual que su padre. Ya compramos la cuna, el coche, y el asiento para el auto. Estamos equipados con al menos cincuenta cajas de pañales, toallas húmedas, y mucha ropa, tanto de color rosa como celeste. No le va a importar demasiado como se verá, y de todas formas no la usará por demasiado tiempo.
"¡Harry!" Me llama desde nuestra habitación "¿Puedes venir?"
"En seguida subo, nena."
Dejo la pluma en medio de las páginas y me levanto de nuestro escritorio. Una vez que he subido las escaleras, la encuentro sentada en nuestra cama. Gira de inmediato y sonrío al ver sus ojos marrones.
"Ayúdame." Musita.
"¿Con qué?" Baja la mirada.
"Me da vergüenza..."
"Bromeas." Intento no reír al ver su rostro.
"No puedo ponerme los zapatos." Sonrío.
Camino hasta quedar frente suyo, aún evita mi mirada. Tomo un zapato cerrado, y una vez que se lo puse, hago lo mismo con el otro.
"Listo." Tomo su barbilla para que me vea.
Sus enormes ojos marrones brillan, mientras que sus cejas forman una pequeña arruga en su frente. La acaricio con cuidado y consigo que sonría.
"¿Crees que me veo gorda?"
"En lo absoluto."
"¿Acaso has visto mi enorme barriga?"
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MADNESS - Harry Styles
Fanfiction"Porque, de lo que sea que estén hechas las almas, la suya y la mía son la misma."