Capítulo 7 - Conociendo nuevas amistades.

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Eileen despertó agitada, había tenido una pesadilla, sus padres se divorciaban y ninguno de los dos la querían con ellos. Ya se veía sola, con sus casi dieciocho, malviviendo para poder pagarse la carrera.

Fue al baño a lavarse la cara, necesitaba despejarse, y que mejor manera que hacer deporte para no pensar en nada.

Salió del apartamento, y fue a correr por las calles de ese lugar.

Llevaba poco corriendo, y ya le faltaba el aire, y es que hacía ya un año que no practicaba el baloncesto. Después de coger un poco de aire, continuo corriendo, se sentía cansada, pero necesitaba despejarse.

Se encontró con un pequeño bosque, que tenía un caminito de piedra, había un cartel viejo y sucio que ponía "Mirador" Decidió seguirlo para ver que vistas había desde ese mirador.

¿Pasaría mucha gente por aquí? pensó. Ella misma se respondió al ver que el camino estaba medio oculto por la tierra.

Llegó a una pequeño terreno llano, donde se encontraba unos bancos de piedra, y una valla de madera como protección. El mirador se encontraba encima de un acantilado.

Se podía ver todo el mar, se veían los apartamentos donde se encontraba. Las vistas eran preciosas.

Se sentó en el banco más limpio que encontró para poder relajarse.

Pasaba una brisa, que expulsaba todo el calor de esa mañana, y le acompañaba el son de la música que hacían las olas al picar contra el acantilado y el canto de algún pájaro que se encontraba en los árboles que había dejado a su espalda.

De pronto esa magia relajadora se estropeó cuando su móvil empezó a sonar.

- ¿Si? - dijo esta con una voz muy suave.

- Enana, soy yo. ¿Dónde estás? Tu hermano está preocupado. No le gusta que salgas sin decírselo.

- ¡aiins! Dile a mi hermano que ya soy mayor y no tiene por qué controlarme ni vigilarme, dile también que estoy bien, y que dentro de un rato volveré. Adiós. - y sin dejar que Álex contestará le colgó.

Era verdad llevaba mucho rato allí sentada viendo el mar, y ella había salido a correr para despejarse, pero ese sitio sí que la despejaba de todos sus problemas, "No hay nada mejor en este mundo que la naturaleza" pensó.

Se levantó y decidió ir para el apartamento corriendo y sin parar. Si le faltaba el aire ya se aguantaría.

Llegó al apartamento, le faltaba mucho el aire, si es que había sido tonta al no parar a cogerlo, y ahora llegaba que ya no podía mas con su cuerpo. Abrió la puerta y vio a los dos chicos que ocupaban cada uno, un sofá. Y ella necesitaba tumbarse, para no caer al suelo.

Cogió el primer sofá que encontró sin importarle cuál de los dos estuviese allí tumbado y dejó caer todo su cuerpo a los pies del que se encontraba allí tumbado, que rápido los aparto.

Los dos se echaron a reír al ver las pintas con las que había llegado Eileen.

- ¿Quieres agua? - le ofreció Álex levantándose del sofá que compartía con Eileen.

- ¡Por favor! - dijo Eileen como pudo.

Álex le trajo un vaso de agua que Eileen no tardo ni diez segundo en bebérselo.

- Me traes otro.

- Claro.

Y la acción se volvió a repetir. Una vez recuperada Eileen decidió ir a ducharse.

- Voy a ducharme. - dijo esta levantándose.

- ¿Quieres que venga y te vaya tirando vasitos de agua? - dijo Álex

Nunca pude imaginar -[Pausada:Falta de imaginación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora