Una mañana a la hora de comer, Omar estaba haciendo la comida cuando las dos chicas se dirigieron al salón.
- Alguna vez podrías querer aprender a cocinar. - le dijo Omar.
- No gracias, ya te tengo a ti. - dijo Leen aun con resentimiento.
Habían pasado unos días en lo que los dos hermanos empezaban hablarse. Pero aun Leen le guardaba algo de rencor.
- Vamos Leen, dentro de poco harás los dieciocho años... Creo que ya va siendo hora de aprender.
- No te preocupes, que cuando venga a vivir con papá ya aprenderé a cocinar. - se defendió ella.
- Está bien... como quieras. - dijo Omar sin querer discutir. Ya le había pedido perdón demasiadas veces como para querer enfadarla más.
- Por cierto. - intervino Melanie. - ¿Que vas a hacer para celebrar tu cumpleaños?
- Nada, no me apetece celebrarlo. - dijo moviendo los hombros.
- ¿Como que no? ¡Son tus dieciocho!
- Lo sé, pero no quiero que nadie sepa que los hago, así que no se lo digas a nadie. - dijo frunciendo el ceño
Lo que Leen no sabía es que Melanie ya se había ido de la lengua con Esther y Anna. Y ya estaban pensando en celebrar su cumpleaños en el ático donde hicieron la despedida de Laia.
Esa tarde cuando Leen estaba en la piscina hablando con Belinda. Melanie se fue a la toalla a coger su móvil y el de Leen.
Abrió primero el segundo en busca de un nombre en la agenda de contactos, que no encontraba y era extraño ya que iba por la C. Entonces observó un nombre no muy común. "Capullo" abrió el número pensando que sería la persona que buscaba y llamo desde su móvil.
- ¿Diga? - dijo una voz masculina al otro lado del teléfono.
- ¿Quién eres? - pregunto Melanie al no reconocer la voz.
- Quién eres tú, que me has llamado tú. - dijo el chico molesto.
- Yo soy Amanda. ¿Y tú?- mintió.
- Yo soy Raúl. – Raúl hizo una breve pausa, esperando a que esa tal Amanda digiera lo que quería pero esta solo colgó.
- Me he equivocado. - mascullo Melanie observando el teléfono.
Siguió mirando la agenda de Leen, pero no encontraba ningún otro nombre extrañó cuando estaba a punto de empezar la I. Entonces se acercó Leen.
- ¿Qué haces? - le preguntó esta. - ¿Es mi teléfono? - pregunto al ver que le escondía detrás de ella.
- Eh... Supongo que sí... - intentó defenderse Melanie.
- ¿Para qué lo quieres? - preguntó mientras se lo quitaba.
- Quería observar la hora... - mintió.
- Pero si tienes tu teléfono en la otra mano. - dijo Leen levantando una ceja.
- Ya... es que no sabía si estaba bien puesta... - Leen se la quedó mirando extremadamente y sin creérselo mucho. - ¿Ya sabes algo de Álex? – Añadió Melanie.
- Se puede saber ¿por qué me mencionas a ese imbécil?
- Imbécil... - susurró Melanie. - Lo capto...
Leen volvió a guardar el móvil en su bolsa y se fue a comprar un helado. Melanie espero a que Leen llegara a la tienda, para poder coger otra vez su móvil. Marco la letra I en el buscador de la agenda y se encontró con el nombre de "Imbécil" Se guardó el número en su móvil porque estaba a punto de llegar Leen así que devolvió el móvil a su lugar. Estaba segura de que ese era el número.
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Nunca pude imaginar -[Pausada:Falta de imaginación]
Teen FictionEl curso termina, y empieza el verano. ¿qué puede llegar a suceder en noventa días? El verano de Eileen esta lleno de movidas, chicos, celos, venganza y muchas cosas más. Para descubrir que es lo que puede llegar a suceder te invito a conocer la sig...