Capítulo 18 - Regreso a casa

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Leen había pasado unos días no muy felices, su madre les había anunciado que ya le había dicho a su padre que quería divorciarse. Y los dos lo aceptaron mejor de lo que creían todos. Su padre les había dicho que él se quedaría a vivir aquí en este lugar tan maravilloso, ya que podía pedir que le trasladaran, así Jane podía quedarse con la casa por los años que le había hecho sufrir sin saberlo. Pero la sorpresa fue que Leen les preguntó.

- Papa, ¿Puedo quedarme a viví, aquí contigo?

Todos se quedaron sorprendidos. Y no entendían el por qué, solo ella sabía el por qué no quería volver en su pueblo. Después de insistir y de explicarle los contras de vivir en ese lugar, contras que por su parte no los veía tan malo, aceptaron.

Al cabo de dos días acompañó a su padre en busca de un chalet que les tu gustará a los tres, ya que Omar también irían de visita.

Llegaron a una de las urbanizaciones más lujosas de ese lugar, y vieron una casa preciosa, y grande, pero el precio... no podía con él.

Estuvieron tres días buscando su lugar, al final compraron un chalet, también precioso pero no se encontraba a primera línea de mar. Un chalet de dos pisos, con cinco habitaciones, cuatro baños, dos salones, dos cocinas, una de las cuales era la del jardín, piscina, etc... Una preciosidad. El único inconveniente era que no podían entrar a vivir hasta septiembre, ya que la había alquilado una familia de franceses.

- Cuando se vaya la familia francesa les avisamos, necesitaremos la casa unos días para revisarla y ver que aún sigue perfecta. - dijo la chica. - Y hasta septiembre no podrán entrar a vivir.

Jack no vio ningún problema ya que estaban en los apartamentos, y alquilar uno por unos días más no pasaba nada.

Llegaron al apartamento y Leen llamó emocionadísima a Melanie para contarle que ya habían encontrado casa, aunque a Melanie no le gustase que su mejor amiga la abandonase.

- ¡Mel, cariño! - gritó Leen emocionada.

- Leen... - la saludo ella casi llorando. - Ahora iba a llamarte.

- ¡Oh! Mel ¿qué te pasa? - dijo Leen preocupada.

- Mi padre... acaba de... - no pudo contenerse y se echó a llorar.

- Lo siento... - dijo intentando consolarla. - ¿Cuando...? - intento preguntar por el entierro pero Mel se adelantó.

- Mañana por la tarde. Me gustaría que estuvieras aquí conmigo. - le suplicó.

- No lo dudes. Mañana me tienes allí.

- Gracias. - dijo llorando Mel. - Si quieres quedarte en mi casa...

- No sé yo... tu madre no estará por aguantarme. No te preocupes hablaré con mama haber que me dice.

- De acuerdo. Te veo mañana entonces, gracias, muchas gracias.

- Para eso estamos las amigas. - le sonrió desde el otro lado del teléfono.

Después de haber estado intentando consolarla bajo a comer, ya era tarde y se moría de hambre y como era de esperar Omar había comido sin ella.

Una vez terminada, salió del apartamento y fue hacía el apartamento donde estaban sus padres. Entro y lo primero que vio fue cama nueva en medio del salón.

- Es donde duerme tu padre. - se rio Jane al ver la cara de su hija. - ¿Qué quieres cariño?

- Tengo que volver a casa. - le dijo Leen.

- ¿Y eso? - preguntó Jane desconcertada. Ya que Leen quería quedarse a vivir aquí.

- El padre de Melanie... ha muerto, y mañana le entierran, y quiero estar con ella... - dijo entristecida.

Nunca pude imaginar -[Pausada:Falta de imaginación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora