Capítulo 23 - Pistolas de agua.

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Esa mañana Melanie despertó a Leen solamente para fastidiarla, y para que las dos pasaran la mañana juntas. Melanie se ofreció para que fueran al lugar que Leen descubrió pero está de negó rotundamente por los recuerdos y la confesión tan falsa que le había hecho Álex.

Al fin Melanie aceptó ir a la playa pública donde se encontraba toda la gente.

Se pusieron a tomar el sol cuando una pequeña sombra se los impidió.

- ¡Hola chicas! - dijo una voz a sus espaldas. Leen se giró y les sonrió. mientras observaba que se sentaban con ellas.

- ¡Anna! - la saludó Melanie que no sabía el tonteo que se llevaba con Aitor. Leen la miro fríamente pero sí saludó a su hermano Tony con una sonrisa.

- ¿Y los demás? - preguntó Anna interesándose por uno.

- No sé - dijo Leen. - Queríamos estar solas. No nos hemos preocupado por los demás.

- Ya nos vamos. - Dijo Tony que había captado la indirecta que Leen le había lanzado a Anna. - No queríamos molestar.

- No molestas. - dijo Leen avergonzada ya que había sido un poco dura al haberlo dicho en voz alta.

- Claro que no molestamos... - dijo Anna. - Por eso nos hemos hecho amigos. - sonrió.

Una Kaylee dos. Pensó Leen.

- Esta bien. - dijo Tony volviéndose a sentar.

Los cuatro empezaron a jugar a las cartas cuando al cabo de media hora apareció Carlos junto a Belinda y Omar que se habían encontrado en el vestíbulo.

- La próxima vez que os vayáis avisarme. - se quejó Omar. - Que me he levantado y me encontrado solo.

- Que lastima... - se burló Leen.

- ¡Bah! Cuando se te pase el enfado, mejor.

- ¿Aitor? - preguntó Anna al ver que no se encontraba con ellos.

- Estará durmiendo. - dijo Carlos. - ¿Y ese interés? - rio maliciosamente.

- Por nada. - mintió ella.

Leen observó a Melanie que no se inmutó delante de las palabras de Anna. Por eso le dio un codazo.

- ¿¡Qué?! - gritó bajo la mirada de todos.

- Nada, nada... - dijo Leen ya que no iba a contárselo delante de todo el mundo.

Esa misma tarde se encontraron todos al vestíbulo para ir al mismo sitio de esa mañana, Esther que llegó la última excusándose que había tenido una comida familiar, fue la que cayó en las manos de venganza de los chicos lanzándola al mar.

- Algún día nos haremos daño. - dijo Belinda.

- O no. - dijo Carlos. - Si todos fuéramos puntuales...

- Eso es imposible. Las chicas llegamos tarde ppr costumbre. - se cogió al brazo de Aitor cuando añadió. - Yo en mi boda pienso llegar una hora tarde, para poner nervioso al novio y para comprobar si me quiere.

- Vaya tontería. - dijo Aitor haciendo que Anna se molestará. - Cinco minutos lo entiendo... ¡¿Pero una hora?! Definitivamente... Tú estás loca...

Anna se molestó al escuchar que Aitor le había dicho que estaba loca pero eso no hizo que se deshiciera de su brazo, sino que lo empujó hacia abajo.

- Loca o no, soy una romántica. - dijo sin dejar de sonreír.

Esther había salido del agua enfadada, que culpa tenía ella de las comidas familiares.

Nunca pude imaginar -[Pausada:Falta de imaginación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora