Capítulo 20 - Ayudando a una amiga.

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Álex había estado toda la noche sin poder dormir, como le podía decir que no le había dicho nada, no era su culpa que ella hubiera roto la carta antes de leerla. Pero el sí que se había sincerado con ella antes de irse y además le dio una explicación. 

Enfadado estampo el despertador contra la pared, necesitaba verla, no sabía que le sucedía pero tenía unas ganas enormes de verla y tenerla entre sus brazos, besarla hasta que se quedará dormida y poder verla despertar. 

Se estaba volviendo loco, nunca le había sucedido esto con ninguna chica con la que había estado, estaba tan confuso y lleno de rabia por la reacción de ella. Y odiaba a Omar. Aunque sabía que se lo tenía que haber contado desde un principio, pero le odiaba, en parte tenía algo de culpa. Frunció el ceño, quería matarle. 

Los primeros días, cuando llegó a casa, no podía sacarse a Leen de la cabeza e intento distraerse arreglando el coche de su madre. 

Pero cuando la vio hablando con du madre... Todo cambió. Ese día pensó que se estaba volviendo loco al escuchar su voz, pero la sensación de alegría que tuvo al verla le trastorno.

Abrió la ventana necesitaba despejarse la cara, y se quedó embobado al ver lo preciosa que estaba esa noche la luna.

Pero que estás diciendo, Álex. Se dijo a sí mismo. ¿Desde cuándo observas tú la maldita luna? Tú no eres de esos románticos. Frunce el ceño. Qué has hecho conmigo Leen... Se decía sin sacar la vista de la luna.

***

Leen estaba en su cama había vuelto a las andadas de llorar. Por mucho que quisiera a Melanie el hecho de haber vuelto a ver a Álex le había destrozado. Aunque él se hubiera comportado como un auténtico imbécil, le quería. Y el hecho de recordar que estaba enamorada de ese estúpido le destrozaba el corazón.

Daba vueltas en la cama, no podía dormir. Se estaba muriendo de calor. Bajó a la cocina en busca de una vaso de agua que no la refresco.  Qué calor hace aquí. ¡Dios! Odio estas noches de calor extremo. Sin dejar de pensar en lo agobiada que se encontraba subió a la habitación, abrió la ventana y volvió a su cama.

***

Al despertar su madre estaba en la cocina haciéndole el desayuno a Leen.

- Buenos días cariño. - la saludo.

- Buenos días mama. - dijo mientras se sentaba en la mesa.

- ¡Hija! Tienes unas ojeras... - se burló Jane.

- Lo sé mamá, lo sé. - dijo recordando su cara de horror al verse al espejo.

- ¿No has dormido bien? - ella asintió. - ¿No tendrá nada que ver el chico del que me hablaste cuando salimos de compras?

Leen ya no se acordaba que le había hablado de Álex.

- No mama. - mintió. - Es solo que hacía mucho calor... Y no podía dormir.

- De acuerdo. - dijo poniéndole la taza de Cola cao.

Después de desayunar la llamo Melanie por si quería ayudarla hacer la maleta, y ella aceptó encantada.

Se vistió y salió a la calle. Llegó al cruce donde empezaba la calle de Melanie y automáticamente la calle de Álex. Por qué tenían que ser vecinos. Se dijo mientras fruncía el ceño.

No quería encontrarse con él y por eso fue a dar el rodeo por la calle de detrás y entrar en la calle de Melanie por el otro lado.

- Sí que has tardado. - se burló Melanie después de abrirle la puerta.

Nunca pude imaginar -[Pausada:Falta de imaginación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora