Nunca pude imaginar -[Pausada:Falta de imaginación]

Capítulo 16 - De compras con mamá.

Leen se despertó entrelaza con el cuerpo de Álex, el cual a media noche se había colado en su cama. Rio enamorada mientras recordaba esas dos noches que se despertó estando Álex a su lado.

Escuchó ruido, Omar se había despertado. Se horrorizó al pensar que podía entrar en su habitación en cualquier momento.

- Álex. - le susurró para despertarle, pero no hacía caso. - Despierta. - le sacudía.

- Tengo sueño.. - se quejó ahogado en la almohada.

- Mi hermano está despierto. - suspiro.

- ¡Qué! - chilló mientras salía de la cama en un salto.

- Quieres callarte. - frunció el ceño. - qué te va a oír.

Pero ya era demasiado tarde, cuando Álex chilló Omar estaba saliendo de su habitación y escucho el grito. Frunció el ceño al pensar que Álex volvía a estar en la habitación de su hermana. Llamó a la puerta. Haciendo que Álex y Eileen se asustaran.

- ¿Si? - pregunto Leen con una ceja arqueada.

- ¿Puedo pasar? - pregunto Omar.

- ¡Un momento! ¡Qué me visto! - dijo para ganar tiempo. - Vete a tu habitación por el baño. - le susurró a Álex.

Leen abrió la puerta, cuando Álex entró al baño. Omar se quedó mirándola desconfiado. Entró a la habitación y dio un vistazo. Al no ver nada, ni a nadie se giró y observó a su hermana cuando la puerta volvió abrirse.

- ¿Pasa algo? - preguntó Álex desde la puerta.

- ¿Dónde estabas? - le interrogó Omar con el ceño fruncido.

- En la cocina... - mintió.

Omar no terminaba de creerse las palabras que Álex le había dicho, pero tampoco tenía pruebas de que Álex se encontrase en la habitación, aunque si otro día se levanta solo, antes de todo cerrara la puerta de la habitación que da al baño, y luego ira a la de su hermana, para ver si es verdad que algo extraño pasa entre esos dos.

Después de que Leen recibiera una llamada de Melanie contándole que su padre aun no había mejorado, su madre llegó a comer.

- Hola hijos. - saludó Jane con una sonrisa en la cara.

- ¿Hola? - preguntó Omar extrañado, hacía mucho tiempo que no la veía sonreír.

- ¿Qué pasa hijo? ¿Te extraña que sea feliz? - dijo divertida.

- No, no me extraña. - mintió. - lo que me gustaría es saber el porqué.

- Hola hija. - dijo Jane cuando vio a Leen bajar las escaleras.

- ¿Hola? - arqueo una ceja.

- Otra... Tan extraño es ¿qué sea feliz?

- Teniendo en cuenta que papá y tú no dejáis de discutir... Sí, la verdad es que sí. - aclaró Omar.

- ¡Ains! - dijo mientras se sentaba al lado de Álex. - ¿A ti también te parece extraño?

- ¡Por supuesto que no! - mintió Álex.

- ¡Oh! Gracias. - se alegró Jane.

- ¿Y papá? - preguntó Leen, haciendo cambiar la expresión de Jane.

- Estará por ahí de negocios. - forzó una sonrisa. - ¡Qué más da! Por cierto hija, cariño, ¿quieres venirte de compras?

- ¿Cómo? - Leen se sorprendió tanto que no supo que contestarle.