Capítulo 28: T & O es porque te odio.

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Después de haber acabado de acomodar los regalos, todos se dirigieron al sofá y se dejaron caer sobre él. No pasó mucho cuando escucharon llamar a la puerta.

—Ve a atender Nico —ordenó Hazel, hundiéndose más en el sofá.

—Ve tú —contestó él, inmediatamente se hizo bolita; como señal de que él tampoco estaba dispuesto a levantarse de ahí.

—No —se quejó ella, alargando la letra "o".

—Voy yo —se ofreció Annabeth al momento en que se incorporaba del sofá.

En cuanto abrió la puerta, se encontró en la entrada con Reyna, Thalia, Calipso y Jason.

—Hola chicas y chico —saludó efusiva.

—Hola Anni —correspondió Calipso con una sonrisa.

Annabeth se alegró de encontrarse nuevamente con la castaña, había pasado una semana desde los acontecimientos en la boda, y desde entonces no se dieron la oportunidad de charlar al respecto, aunque aún así, ella sabía que las cosas entre ellos aún no habían quedado aclaradas, por lo que ella esperaba que eso pudiera suceder hoy; quizá con un poco de suerte, así sería.

—Me obligaron —fue lo único que dijo Jason, quien cargaba dos sacos rojos, seguramente eran los obsequios.

—Eres Santa Claus —comentó Annabeth reprimiendo una sonrisa, divertida.

—Lo sé —dijo Jason mientras entraba—. Jo-jo-jo.

—Hola, ¡feliz casi noche buena! —dijo Reyna mientras le daba un rápido abrazo.

—Feliz casi noche buena para ti también —dijo Annabeth entusiasmada, mientras Reyna la hubo abrazado.

—Hola tú, adiós tú —fue lo único que dijo Thalia antes de entrar.

—Un gusto —contestó Annabeth divertida, una vez con todos ellos dentro, cerró la puerta.

—Una noticia, ¡hay más regalos por acomodar! —les gritó Annabeth la noticia al trío de perezoso, Hazel, Nico y Piper, que seguían aún acostados en el sofá. Su única respuesta por parte de los tres fue una queja.

—Sí, se siente su animó hasta acá —dijo ella sarcástica.

—Descuiden, yo quiero poner los regalos en el árbol, si alguien más quiere ayudar, es bienvenido —ofreció Reyna—. Pero no se amontonen —comentó al ver que nadie se tomaba la molestia.

—Yo te ayudo —ofreció Calipso con gusto.

—Gracias —dijo ella.

Pronto volvieron a llamar a la puerta. Como Annabeth estaba cerca, fue a atender nuevamente. Esta vez a quien recibió fue a Percy, Leo y Frank, quien portaba un saco más.

—Hola chicos, y como dice Reyna, ¡feliz casi noche buena! —exclamó Annabeth con alegría—. Ahora pasen que no tengo su tiempo.

—Gracias y feliz casi noche buena para ti también —dijo Frank al tiempo que entraba, seguido de él, Leo y Percy.

Annabeth cerró la puerta y después vio como Reyna, Calipso, Thalia, Frank y Hazel acomodaban los regalos en el árbol. Ante esa escena, ella sonrió.


***

—Leo saca el pavo del refrigerador, está en una enorme charola —ordenó Piper mientras limpiaba la cubierta de la cocina. Ya que terminaron de acomodar los regalos, se pusieron a preparar lo que sería la cena para esa noche


—Voy —dijo él mientras se dirigía al refrigerador.

—Annabeth dame las zanahorias que has picado y Calipso tu trae la dos cebollas que has picado también, el caso es que si ya han acabado, traigan lo que a cada uno le tocó hacer —finalizó Piper, mientras que dejaba el trapo con el que limpió la cubierta en el fregadero.

Annabeth llevó las zanahorias en la cubierta, Calipso dejó las cebollas, Percy los gramos de mantequilla derretida, Reyna las dos varas de apio ya picadas y las dos ramitas de tomillo fresco aparte, Thalia llevó la cantidad necesaria de vino blanco seco y hoja de laurel. Mientras que Frank, Hazel, Nico y Jason se encargaban de la mesa.

—Bien, gracias, y que por favor alguien prepare el horno a 175° grados —se colocaba un delantal.

—Yo voy —respondió Calipso dirigiéndose al horno, acatando las órdenes de Piper.

—Gracias —dijo mientras tomaba lugar junto a la cubierta en donde Leo ya había colocado el pavo.

T & O es porque te odio || PercabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora