Capítulo XV

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Caminó a paso firme con la mirada fija en Lucifer, ignorando a cada aura que deseaba atarse a la suya, se pasó la mano por el cuello intentando controlar el impulso de correr hacia él y desatar su enojo. Mordió su labio inferior con fuerza antes de apoyar las manos sobre la mesa frente a su padre, amo y señor.
-Tanto tiempo sin verte, Sehun, hijo mío.
-Cortesías, no. Quiero hablar contigo a solas, padre.
Dirigió su vista a cada hombre junto a su amo, cada demonio ante él; la ira, la envidia, la codicia, el adulterio. Observó a Azael inclinarse sobre su padre, sintió la bilis en la garganta cuando ambos se besaron.
-Estoy esperando, amo Lucifer. -siseó Sehun.
-Está bien. -se puso de pie, yendo hacia su único hijo. -Espero sea importante, tu padre, Azael, está ansioso.

Sehun viró los ojos secundando los pasos del mayor hasta llegar a una de las oficinas privadas del local, entró con pesadez dejándose caer en uno de los sitiales de cuero.
-Tú dirás, Sehun. Te escucho.
Siguió cada acción de su señor, cómo se servía un vaso de whisky con tal precisión como lo hacía él, la repugnancia llegó a su ser al notar el parecido entre ellos, sintió detestarlo más de lo que ya lo hacía.
-Quiero que me lo expliques todo.
-¿Un trago? -preguntó ignorando la petición ajena.
-Deja eso y responde.
-Luhan no es digno de ti, ya debes saberlo ¿no? Es un ser repulsivo, pútrido, es una escoria, no debiese vivir y menos si es hijo de un ser tan abyecto como Athatriel. Es un akatharto, tan impuro como cada uno de nosotros. -bebió de su vaso con lentitud. -Es quién podría llevarte al mismísimo Creador y matarte ante sus ojos, lo entiendes ¿no es así?
-Hablas de él como impuro, siendo que nosotros lo somos aún más que él. No lo entiendo.

Lucifer sonrió sin gracia al notar como el aura de su hijo se removía desesperada, la confusión, la ira y la preocupación arremolinándose en ella, queriendo poseerla.
-Es simple, él siempre será puro, ante la vista de cualquiera de tu clase, pero solo el demonio que ha sido participe de su falsa inocencia, sabrá lo que verdaderamente es. Si uno de nosotros cae ante un akatharto, será el fin, no habrá redención a nuestros pecados.
-El Creador...
-No será él quien nos castigue, será el mismo akatharto el que te hará perecer.

Sehun miró a su padre a los ojos, sabía que no mentía, pero el deseo de creer que lo hacía se afianzaba en su interior, procesó cada palabra dicha por Lucifer, la verdad llegándole como agua fría.
-Entonces... -meditó nervioso.
-Sí, una vez.

Se acomodó en uno de los tantos sofás del local, se detuvo de darle otra calada a su cigarrillo cuando su tranquilidad se vio atacada, alzó la mirada hallando la de Azael.
-¿Puedo sentarme?
-Como quieras. -sintió como el mullido cojín se hundía junto a él.
-Haz errado como nunca antes.
Expulsó el humo del tabaco para luego aplastar el cigarrillo contra la pequeña mesa ante él.
-Gran observación, Azael.
-No sé cómo puedes estar tan calmado cuando nuestro señor Lucifer debe cargar con tu error.
-No digamos que tú eres tan correcto, padre ¿o si?
-Deberías haberte alejado de él.

Respiró hondo, pensando en Luhan y en cómo lo extrañaba, su aura reclamaba con ansias unirse a él, fijó la vista en sus manos, recordando el placer que le brindaba a su akatharto.
-No te preocupes, te aseguro que no quiere verme; además, si mal no recuerdo, tampoco me advertiste.
-Sehun, yo no sabía lo que él era cuando lo vi. -suspiró.

¿Sabes quién ha hablado con Lucifer?

Su padre se tensó a su lado, dirigiendo los ojos hasta la barra del local, donde Kai se encontraba, preparado para lo  que se avecinaba; Sehun siguió la vista de su padre, sintiendo la ira arremolinándose en su interior, ciego a sus acciones, solo motivado por su instinto, fue hacia él.

¿Cómo está tu akatharto, Sehun?

Akatharto [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora