Capítulo XX

848 131 10
                                    

Giró sobre la cama con los nervios a flor de piel y con las palabras de Sehun impregnadas en la mente, él lo amaba, su demonio lo amaba, se despeinó los cabellos rubios, deseando desaparecer las ansias de salir de su departamento y volver a los brazos del menor, mordió su labio inferior, arrepintiéndose de haber negado la invitación a la cama por parte de Sehun.
-Me ama...
Suspiró profundo sintiendo el calor en su cuerpo, un escalofrío lo recorrió al recordar los labios del castaño sobre los suyos, la forma en qué se entregaba a él, sus caricias y miradas altaneras, un nudo se posó en su vientre al pensar en cómo Sehun lo poseía, jadeó al sentir una ola de placer en su cuerpo. Cerró los ojos mientras su diestra bajaba con timidez hasta su entrepierna, alzó las caderas queriendo obtener más éxtasis, a medida que Shì Xūn aparecía en su mente, sus encuentros sexuales reproduciéndose como diapositivas, aumentando más su placer.
-Sehun... -gimió despacio.

Se despojó de la única prenda que cubría su anatomía, un pequeño grito escapó de su boca cuando tomó el falo entre sus dedos, imaginando los toques del castaño, se mordió los labios para callar sus gemidos, no quería ser oído por nadie. Arqueó la espalda cuando el orgasmo comenzaba a rozarle la piel, aferró la mano libre a las sábanas, buscando librarse de los espasmos lujuriosos que azotaban su cuerpo.

No sabes cómo me excitas, akatharto.

Abrió los ojos de golpe, los rastros de pasión desaparecieron, dejándole una sensación de frío al ver la silueta de Lucifer frente a él, se cubrió rápidamente con las sábanas cuando notó la mirada gélida, pero cargada de placer sobre su cuerpo. La bilis se posó en su garganta al verlo caminar hasta la cama, se encogió queriendo alejar aquella mano que buscaba tocarlo.
-¿Por qué tan tímido? Me haz dado un buen espéctaculo, Luhan.
-Lucifer...
-¿Me haz extrañado? Pensaba venir en otro momento, pero he llegado en el mejor de todos.
Tembló al sentir los dedos ajenos sobre su cabello rubio, acariciándolo con rudeza, se apartó, poniéndose de pie, quedando ambos separados por la cama, ancló las manos a la sábana que cubría su anatomía, anhelando que Sehun apareciera de la nada y se lo llevará con él. Observó a Lucifer con detenimiento, procurando no mirarle a los ojos, todo él era una viva imagen de Sehun en un par de años más, por un momento, sintió odiar al menor por el parecido con aquel demonio, pero su corazón latió con fuerza al recordar las palabras del castaño. "Te amo, Luhan".

-¿Sabes, Luhan? Siempre creí que Sehun sería mi orgullo, la creación de la cual me sentiría el demonio más complacido del mundo y no puedo negar que, en algún minuto, lo sentí así. Sehun era todo lo que yo había proyectado: un hombre frío, calculador, soberbio y, sobre todo, un ser lujurioso. Sí, él era así, pero todo lo mandó a la mierda, a su raza, a sus orígenes, a sus hermanos, a su padre y ¿por quién? -gritó impetuoso e imperial. -¡Por un bastardo como tú! ¡Un akatharto que lo único que desea es acabar con él!
-Yo no quiero dañar a Sehun. -musitó sin mirarlo. -Lo que menos quiero es acabar con él.
-¡No te hagas la víctima! Yo sé qué eres, lo tengo muy claro. -se acercó a Luhan, tomándolo del cabello. -No permitiré que mi hijo caiga ante ti, no lo dejaré.
-Sehun, me ama.
-¿Lo crees? A ti y a cuántos culos más ¿eh? No seas ingenuo. Los demonios no amamos, Luhan. Menos, Sehun.





Continúo limpiando las copas tras la barra, se sobó la nuca al sentir el pesar de la mala noche que tuvo, se mordió el interior de la mejilla, alejando las ganas de echarse a llorar, no sabías qué hacer y dejar a Sehun no era una opción, no ahora que sabía que era correspondido.
-¡Hola, gege! -le sonrió a Chanyeol cuando éste le saludó. -¿Y esa cara? No me digas, ya lo sé, Sehun no te dejó dormir en toda la noche. -habló sugestivo.
Solo le volvió a sonreír mientras tomaba las cartas y avanzaba hacia las mesas, forzando una de sus mejores sonrisas, una que se borró al posar la vista en la última mesa junto a la ventana, armándose de valor caminó con pasó decidido hasta Kai. Le dejó la carta con fuerza, haciendo que éste alzara la mirada y le sonriera con sorna.
-¿Qué haces aquí?
-¿Este no es un lugar público?
-Uno en donde yo trabajo.
-La insolencia hacia un cliente no es aceptada ¿o qué? -rió sarcástico. -¿Acaso crees que vengo por ti?
-Vete, puedes comer en otra parte, Kai.

El moreno revisó la carta bajo la mirada irritaba de Luhan, quería que se fuera de allí, habían miles de restaurantes en Seúl ¿por qué justo en el lugar que él trabajaba?
-Quiero que dejes a Sehun.
Rechinó los dientes ante las palabras de Kai, que aún revisaba la carta, aparentando lucir normal, empuñó la diestra, sintiendo como las uñas se le enterraban en la piel.
-¿Me haz oído? -lo observó serio. -Quiero que dejes a Sehun, de una vez por todas.
-No. -respondió seco.
-¿No te parece suficiente? Se ha enamorado de ti, es una razón certera para que lo dejes si no quieres acabar con él.
-No tengo por qué oírte. -se giró sobre sus talones, emprendiendo camino hasta la barra, se detuvo cuando Kai lo tomó del brazo.
-Si le sucede algo a Sehun, te mataré con mis propias manos.
-Jamás le haría algo. -avanzó unos pasos para luego para y girarse hacia el moreno. -No seas envidioso, Kai. -recitó las palabras de Sehun.

Luhan, no sabes a qué te haz condenado.

Akatharto [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora