Akatharto [Editando]

Capítulo XVII

Enterró el rostro en la almohada, queriendo eliminar las secuelas del alcohol, cerró los ojos al sentir la tan conocida opresión en su pecho, se llevó las manos a la cabeza deseando que el recuerdo de Luhan abandonara su mente de una vez por todas, despeinó su cabello con desesperación. "Creo que lo mejor es que te vayas, Sehun. Aléjate de mí y no vuelvas a buscarme, te lo ruego. ¡Soy un akatharto! ¡Tengo miedo de dañarte!"

Soltó un grito ahogado, desgarrador, sintiendo el dolor que Sehun no se permitía aceptar, tres meses sin él, tres meses observándolo a la distancia, y aún así las palabras embadurnadas de sufrimiento, por parte de Luhan, se negaban a desaparecer de su mente. "Te amo, Sehun. Pero tú no lo haces, no me amas, solo te dañaré y sé que es mejor que nunca volvamos a vernos. Adiós."

Lanzó la botella de whisky contra la pared mientras se levantaba, se jaló el cabello con furia, mirando las sábanas desarmadas cubiertas con el sabor, ya amargo, de la lujuria, la pasión y el desenfreno, quizás no lo amaba, pero la necesidad de sentir la piel tersa, casi de porcelana de Luhan, contra la suya lo cegaba completamente.

Sonrió complacido cuando la brisa invernal de Seúl golpeó su rostro, aceleró a fondo buscando olvidar aquellas sensaciones que lo invadían, sonrió con arrogancia ante cada mirada de pasión que se posaba sobre él, tal vez esto era lo que necesitaba para quitarse a Luhan de la mente, aunque realmente no lo quisiera. Detuvo la motocicleta frente al apartamento de Kai, guiado por sus impulsos.

-¿Qué quieres, Sehun?
-Sírveme algo fuerte. -habló dejando caer su cuerpo sobre el sofá donde algunas veces había follado con Kai.
-Ten. -le entregó el vaso repleto, para luego sentarse al lado de Sehun. -¿A qué se debe tu visita?
-¿No puedo visitar a mi amigo? -ironizó.

Antes de que Kai pudiese responder, Sehun  ya lo estaba besando, tumbados sobre el sofá, descargando todo contra lo labios del moreno, desatando la falsa necesidad, dando paso a una lujuria manipulada por el resentimiento. Sintió cómo el cuerpo ajeno de deshacía entre sus brazos, entregándose más que físicamente a él, deseó que fuese Luhan quién estuviese rogándole por hacerlo suyo.

Despejó esos pensamientos centrándose en el hombre, ya desnudo, que estaba dispuesto a entregarse a él, sabiendo que no era correspondido, Kai solo era eso, alguien para satisfacer sus necesidades y recordarle que era un demonio. Un demonio sin redención.
-Sehun, por favor... -gimió el moreno mirándolo a los ojos. -Tómame.

Se desnudó rápidamente y sin más, lo embistió con fuerza, sintiendo como la carne ajena respondía con devoción, se fundió con el placer soñando que Kai fuese aquel hombre de cabellos dorados que lo hacían perder la cabeza, cerró los ojos dejándose embriagar por la lujuria.

Más fuerte, Sehun. Joder, no pares.

-Luhan... -gruñó el castaño cuando sintió el orgasmo acumulándose en su ingle.
Todo el placer se esfumó cuando la mano foránea se azotó sobre su mejilla, la respiración agitada de Kai lo despertó de su fantasía, posó sus manos sobre el cuello ajeno sin ahorcarlo.
-¡Sehun! -chilló el moreno, cuando lo embistió con fuerza, hiriéndolo.

Ahora sabrás quién soy realmente. Te darás cuenta que tan hijo soy de Lucifer y Azael.