Se llevó la botella de whisky a los labios, deseando que el ardor se llevara las palabras agrias y las risas sarcásticas, casi dolorosas, de su padre. Se acomodó en el sofá de cuero, observando cada paso, cada gesto de Lucifer, bebió de nuevo, buscando que aquellos rasgos, que tan parecidos los hacían, desaparecieran de una vez por todas, suspiró profundo, negando, haciendo oídos sordos a las palabras de su progenitor.
Imposible. Rodó los ojos ante la verdad estrafalaria que soltaba el demonio que tanto aborrecía ¿acaso creía que era idiota?
–No queda nada para verte hecho ceniza, Sehun. –rió seco mientras miraba, fijamente, al susodicho. –Tan solo unos días, tal vez, unos meses... Ya puedo ver ese maldito rastro de él en el borde de tu aura.
Viró los ojos, sus manos empuñándose y las ansias de golpearlo, callarlo duramente, picaban en su piel.
–No estoy para tus sermones, padre.
–¿Qué? –siseó incrédulo. –¡Cómo puedes ser tan inamduro! Desperdiciar una vida eterna de placer, de sexo, de putas, por un akatharto, un mala sangre. No creí que fueras... –sonrió burlesco, entregándole una caricia fría en el hombro. –... Tan estúpido, hijo mío.Alejó la mano ajena de un sacudón, volvió a beber con los ojos de él, de su amo y señor, sobre su ser. Jamás, jamás dejaría a Luhan, pasase lo que pasase.
–Si crees que tus palabras harán que cambie de parecer, estás muy equivocado. –se puso de pie, desafiándolo. –Luhan es mío y no lo dejaré solo porque tú crees que esto es un juego barato. Es mío, mi akatharto y me importa una mierda obtener la puta redención de la que tanto alardeas, Lucifer. –soltó viperino, encarando al mayor. –Me importa una mierda ser un maldito demonio y ser tu puto hijo, me importa una mierda si Luhan me destruye; por mí, que haga lo que quiera conmigo, por eso, le amo.Un ardor se instaló en su mejilla y le bastó con ver los ojos, inyectados de sangre y furia, de Lucifer para lanzar la botella al suelo y arremeter contra él, tomándolo de la camisa.
¿De verdad, quieres esto? ¿Perder todo por un akatharto? ¿Vale la pena?
Reforzó su agarre, estrellándolo contra la puerta del estudio, la sonrisa irónica de su padre haciendo eco en su memoria, valía la pena si era por Luhan, lo valía, realmente... ¿Y si las cosas cambiaban? ¿Y si, Luhan, ya no lo quería a su lado? Él moriría, pero Luhan... Luhan seguiría vivo, solo, sin él, con otros... Sacudió la cabeza, buscando eliminar esos pensamientos que Lucifer le transmitía con tanto fervor, con tanto odio. No, no necesitaba eso.
–Te haces débil, Sehun, y él se hace cada vez más fuerte, dejándote atrás ¿acaso eso es amar? ¿A eso, le llamas amar? –murmuró ignorando el agarre tosco del menor. –Es un puto más, otro culo que follar, no te caigas por algo que puedes obtener en un abrir y cerrar de ojos.
–¡Cállate! –gritó, queriendo borrar la imagen de Luhan con otros hombres de su mente. –Dime la jodida verdad ¿qué mierda te pasa con Luhan? Tú perdiste la cabeza por un akatharto años atrás ¡Cuál es la maldita diferencia, Lucifer!–Athatriel... –siseó agrio. –Ese puto que tanto defiendes es hijo de Athatriel, ese ángel guardián que tanto fue protegido por el Creador y qué ¿eh? –empujó a Sehun, librándose de su agarre. –Se convirtió en escoria, el Creador lo perdonó, lo redimió, a pesar de que cometió lo peor que alguno de nosotros puede hacer ... –rió sátiro, el odio impregnado en su voz. –Traer un akatharto, una infamia, el pecado en carne ¡Ese puto que tanto defiendes acabará con cada uno de nosotros, contigo! Y tú, ni siquiera sabes lo que eso significa.
–Déjate de tonterías y dilo de una puta vez.
Siseó dejándose caer, nuevamente, en el sofá, sintiendo algo pesado en su interior, la confusión y la ira haciendo estragos en su mente ¿qué era Luhan, realmente? ¿Qué lo hacía tan distinto a los demás, a él? Siguió a Lucifer con la mirada hasta verlo sentado tras el escritorio, con las manos tensas y el rostro serio.
–Los pecadores tienen dos opciones: el purgatorio o el Hades, pero extrañamente existe otra posibilidad, que si aman con devoción y verdad pueden redimirse e ir a Paraíso, siempre que no sea su hora de morir, Athatriel no debía morir y el Creador lo nombró ángel guardián, gran error. –suspiró antes de servirse una copa de vino y fijar sus ojos en Sehun. –Se enamoró de ella, de mi Fei, la destruyó y él...Fijó sus ojos en los del mayor, buscando la respuesta que tanto necesitaba, esa que le decía que todo terminaría mal. Él lo necesitaba.
Imposible.
"Mi madre era una gran persona, ShìXūn, si tan solo la hubiese conocido alguna vez..." Recordó la sonrisa melancólica de Luhan sobre su hombro, el dolor que sentía, "Lu Fei, bonito como ella...".
–¿Quién es Fei? –susurró con el miedo arañando su piel.
Cuando los labios de Lucifer se abrieron para decir aquellas palabras que tanto ansiaba, Azael entró al estudio con una copa de vino rosado en su diestra, sonriendo con esa pizca de ternura que nunca antes había podido analizar bien, pero ahora que Luhan estaba haciéndose parte de él, pudo verlo, esa caricia que daban sus ojos pardos cada vez que lo miraba, cada vez que estaba junto a él, esos ojos tan suaves y esos toques en su piel que, ultimamente, le hacían sentir esa paz, que solo... Luhan lograba darle.
–Señor. –lo observó hacer una venia antes de acercarse a él. –Sehun ¿qué pasa? ¿por qué esa mirada, estás bien?Fei...
Sus ojos se conectaron con los de su progenitor, esos ojos pardos, tiernos, esa mirada que tanto causaba en su interior cada vez que Luhan lo miraba, esa mirada que tanto buscó, estaba ahí, frente a él, preguntándole cómo estaba.
Un ángel y un demonio, no tienen un género, son solo espíritus.
Azael era un demonio y sus ojos pardos.
Fei... Azael es Fei.
ESTÁS LEYENDO
Akatharto [Editando]
Fanfiction"¿Acaso no sabéis que los malvados no heredaréis el reino de Dios? ¡No os dejéis engañar!" (Corintios 1, 6:9-10) Oh Sehun ha dominado con su seducción y atracción a la humanidad, desatando el deseo en cada ser que alguna vez lo haya contemplado. Co...