- ¡Qué! ¿Qué Kurtis estaba allí? ¡Oh por favor, Lara, cuéntamelo todo!
- Me duele la cabeza, Selma.- murmuró ella, con la cara hundida en la almohada del sofá – Déjame tranquila.
- ¡¡Tranquila!! ¿¡Cómo puedes estar tranquila en un momento así!? ¡Eres más seca que un desierto! ¿Le habrás invitado a venir, no?
- Casi se ha invitado él solo.
- ¡Por favor, Lara! ¡Qué genio! ¿Habéis entrado en materia o...?
- Selma, largo de aquí.
La turca se levantó, ofendida, y salió bruscamente del salón. En la puerta se topó con Charles, que venía con una botella de vino y dos copas.
- Ten cuidado – le advirtió Selma señalando a Lara - ¡Hoy está que muerde!
Cuando cerró la puerta, Charles soltó una carcajada.
- A veces pienso que esta muchacha, más que arqueóloga, debería ser reportera del corazón. Y tú, como siempre, haciendo amigos...
- Como siga así de pesada, la enviaré a dormir al cementerio.- gruñó Lara, revolviéndose en el sofá.
Charles se rió de nuevo y descorchó la botella.
- ¡Mira lo que Winston ha sacado de la bodega! Un Borgoña añejo de primera calidad. Vamos a probarlo.
Lara torció la boca.
- Apuesto a que te has pasado estos dos días bebiéndote mi bodega.
- Y vigilando tu casa y cuidando de tus seres queridos, dulzura mía. Pero ni Betsabé ni nadie parecido se han acercado por aquí.
Escanció dos copas y le ofreció una a Lara. Entonces miró por la ventana y dijo:
- ¿No será ése, verdad?
Afuera, en el jardín, vieron como Winston, que se hallaba supervisando la labor de los jardineros en el seto exterior, se dirigía hacia un hombre fornido que acababa de aparcar una motocicleta envidiable y le recibía con la mayor de las amabilidades, probablemente fruto de la admiración íntima que sentía por él a causa de sus bocetos.
- ¿Has visto eso? – gruñó Lara – Mi propio mayordomo conspirando contra mí.
- Bueno.- dijo Charles, riendo – Yo sólo veo que cumple con las normas de cortesía. Por cierto, ¿de dónde ha salido ese tío? Parece una mezcla de McGyver y Terminator.
Lara hizo una mueca cansada, pero no dijo nada.
La puerta se abrió y tanto ella como Charles se irguieron en sus asientos. Lara se había vestido con un bonito traje de falda larga de color gris plateado que realzaba su piel y llevaba el pelo recogido en la nuca. Casi podía imaginar los maliciosos comentarios que eso despertaría en Selma, pero ella tenía muy claro que se había puesto así de guapa para "infundir respeto al visitante" e "imponerse con la debida dignidad de una anfitriona".
- Estás preciosa.- le había dicho Charles, y ahora Lara tenía la impresión de leer el mismo mensaje en los ojos de Kurtis.
Entonces, un grito rompió el incómodo silencio que se había formado. Selma apareció de repente y prácticamente se tiró al cuello del hombre, mientras depositaba dos ruidosos besos en sus mejillas.
- ¡Kurtis! ¡Estás radiante!- exclamó la muchacha - ¡Dos años sin verte, me alegro de que estés bien, ya creía que...!
Lara no escuchaba las ilusionadas palabras de Selma ni lo que Kurtis le respondía. Sólo sentía una honda rabia dentro de ella, provocada por la actitud de Selma. No por celos (eso era absurdo) sino porque, en su espontánea y amable reacción, la turca estaba dejándola a ella como una seca y una maleducada. De repente, sintió ganas de levantarse y ponerse a gritar, aunque no supo por qué.
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Tomb Raider: El Cetro de Lilith
FanfictionDespués de dos años, Lara Croft ha perdido la esperanza de volver a ver a Kurtis Trent, el cual parece haber sido tragado por la tierra. Pero la desaparición del Orbe y sus Fragmentos, así como la aparición en escena de una bella y misteriosa mujer...