El valle al fondo del desfiladero acabó en otra gruta, opuesta al lugar donde habían dejado a la enajenada Giselle. Lara encendió una linterna que se había llevado – y que hasta el momento, le había sido de poca utilidad – y se internó en la oscuridad, con la mano cerca de la cartuchera. Betsabé le seguía a cierta distancia. Había dejado de levitar y ahora caminaba, las piedras del suelo hacían estragos en sus blancos pies, pero no parecía notar nada.
A Lara le gustó entrar en el lugar subterráneo, cuando cualquier otro hubiera dado media vuelta y hubiera salido corriendo, por lo tétrico y asfixiante de la atmosfera de aquella galería rocosa que descendía hacia las entrañas de la tierra. Ella, después de todo, estaba acostumbrada a aquello. Era la llana, vacía extensión que había recorrido hasta aquel momento, lo que lograba ponerla nerviosa, al no saber cómo orientarse ni si estaba yendo hacia algún lado. Por lo menos allí sólo había un único camino posible.
A su espalda, notó el respirar nervioso de Betsabé. Ya que no podía verla, esbozó una amplia mueca de sarcasmo. Qué poco se parecía aquella criatura a su padre. La idea de imaginarse a Karel nervioso o angustiado por algo le provocaba hilaridad. Pero más que eso, lo que era risible era pensar que aquella zorra debía saber lo que estaba a punto de pasarles y en lugar de hacer algo o advertirle para estar prevenida se limitaba a atormentarse y temblar. Patético.
- No me creerías si te contara lo que te va a pasar en breve.- respondió Betsabé a sus pensamientos, con voz cansada – Y mi padre era un Nephilim puro, no un semihíbrido humano como yo. Él no podía tener sentimientos.
- Disculpa, divina. – se burló Lara, oteando la oscuridad – Pero no te he dado permiso para leerme el pensamiento.
- Es involuntario. Además las personas engreídas como tú gritan tanto al pensar que todos los demonios de la Vorágine deben haberte oído.
- Mejor.
El túnel seguía descendiendo. Tanteó la pared rocosa para ir guiándose. En otras ocasiones no hubiera ido tan lenta, pero aquel incipiente, nuevo y extraño peso que sentía en el vientre la hacía ser instintivamente precavida. Además, debía ser cosa de aquella explosión incontrolada de hormonas el que se encontrara en un estado obnubilado, como aletargado, el que estuviera tan relajada, tan tranquila, como si no estuviera dando vueltas por el mismísimo infierno, sin saber adónde ir y con una profetisa agorera de desgracias pegada a los talones que, ahora lo sabía, se iba a limitar a mirar cómo la masacraban, por no hablar de que no sabía ni tan sólo si Kurtis estaba vivo o muerto o qué le podría haber pasado...
Ya basta, imbécil. Eres una estúpida. Siempre te las has sabido arreglar muy bien sola y ahora no tiene por qué ser diferente, se recriminó interiormente. Es sólo otro maldito antro con otras escasas probabilidades de sobrevivir. Ya has pasado por esto miles de veces. Si te equivocas, te mueres, pero antes de que eso pase intentaremos algo.
- ¿Qué ha sido del Cetro? – inquirió de repente, sin dejar de avanzar y de mirar al frente – Todo este embrollo fue a raíz de ese maldito trasto. Sería una pena que lo hubieras perdido, después de todos los disgustos que está dando.
- Está a buen recaudo.- dijo Betsabé - Junto con los Orbes y el Fragmento. Serán usados en cuanto sea conveniente.
La dejadez con que la Nephilim respondía facilitaba mucho el acceso a sonsacarle información. Claro que ello podía deberse en que realmente eso no importaba, puesto que no iba a cambiar el rumbo de los acontecimientos. Si había algo que fastidiaba a Lara más que otra cosa en el mundo, era no tener certeza sobre el futuro y no ser plena dueña de sus acciones.
- Alto.- exclamó, parándose en seco. Tendió el brazo hacia delante, apuntando al frente, y realizó un barrido con la linterna - ¿Quién hay ahí?
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Tomb Raider: El Cetro de Lilith
FanfictionDespués de dos años, Lara Croft ha perdido la esperanza de volver a ver a Kurtis Trent, el cual parece haber sido tragado por la tierra. Pero la desaparición del Orbe y sus Fragmentos, así como la aparición en escena de una bella y misteriosa mujer...