Me había cedido el paso, tome asiento y trague saliva.
Todo era tan absurdo, no podía creer que estuviera en una conversación altamente civilizada con la entidad frente mía. Era tan propio, con gracia.
Cada movimiento suyo, por mucho que no tuviera rostro era con distinción.
- Los motivos de tu estancia aquí es porque cuentas con un... - hizo una rápida pausa y prosiguió-. Con un don. -
Okey, esto ya es absurdo.
- No sé de qué me estás hablando. - Corte el ambiente con una clara incredulidad y extrema desconfianza.
Se que era difícil pedir coherencia estando en la posición en la que estoy. ¿Pero esto?
Absurdo.
- No hay motivos para que me mientas. - Nuevamente sus manos estaban entrelazadas por encima del escritorio. - He llevado acabo una extensa investigación sobre ti desde casi siempre. -
- No sé de qué me hablas. - Insistí haciendo pausas más largas en mi oración con rudeza.
¿De que me estaba hablando?
¿Hay algo que me perdí?- Quería llegar a un acuerdo contigo, niña -. Se paró de su asiento y yo hice lo mismo, retrocediendo del lugar. - Pero no negocio con gente que me toma por estúpido. -
De nuevo la migraña se intensificó, trate de retroceder con torpeza. No sabía lo que esa cosa me haría pero choque con algo blando.
Al momento de girar habían tres hombres que tapaban mi único pase a poder huir, entre ellos, Rogers.
-Llevenla al centro de pruebas, no pienso perder aún más mi tiempo. - Hizo un ademán con su mano dándome la espalda.
Los tres hombres me sujetaron con brutalidad sometiendome al piso y dándome un golpe furtivo que me hizo perder la conciencia.
•
Atada de nuevo, otra vez en una plancha metálica con manchas de óxido.
El olor grotesco a putrefacción invadía todo el lugar, era tan fuerte que sentías que tus pulmones agonizaban.
- ¿Quieres confesar algo? - La mujer se negó rotundamente.
Sabía que tanto servicio iba a pasarle factura. Nadie secuestra y cuida del rehén por puro amor al arte, algo querían y ella no sabía el qué.
La lobreguez consumía sus ojos, ni siquiera podía figurar las siluetas de los claros pasos que merodeaban a su alrededor. La impotencia dominaba su ahora débil cuerpo, expuesto y servido a un destino cruel. Le fue puesta una mascarilla, desprendía un gas desagradable que, por mucha resistencia que pusiera, termino inhalando.
Los ojos se le iban, el nistagmo de sus pupilas y el dolor de cabeza incrementaban. Sentía que su alma se separaba de su cuerpo y el ardor abruman sus sentidos.
Veía sus uñas ser desprendidas de sus dedos, el sufrimiento ardiente punzaba entre cada nervio de su piel cercenada. El eco se empapaba de gritos con pura agonía y confusión.
Las lágrimas corrían por sus mejillas hasta la fría plancha. Tanto dolor y agitación ya la estaban llevando al máximo, lo sabía y lo sentía, iba a tener un paro cardíaco.

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𝑳𝒐𝒔𝒕 𝒎𝒆𝒎𝒐𝒓𝒊𝒆𝒔
FanfictionQuizá nunca fui lo que deseabas que fuera. Pero todo acabará de la misma forma, nosotros te encontraremos. Estés donde estés, a dónde sea que vayas, buenos o malos irán tras de ti. Eres la clave, la última pieza que marcará un antes y un después en...