𝑳𝒐𝒔𝒕 𝒎𝒆𝒎𝒐𝒓𝒊𝒆𝒔

Capitulo 26

—¿Cómo puede tardarse tanto en algo tan malditamente simple?— Gruño el ente azotando sus pesados huesos contra la inmensa placa de obsidiana que tenía por mesa.

Llevando así sus dedos a su cráneo, frotando en frustración la sien.

Fue así, como una chispa brotó en él. En esa perturbada mente llegó la respuesta, recorría su esqueleto un escalofrío del más puro éxtasis, su tórax se hinchaba ante la respuesta.

Esa mujer era su séptima boca, la que siempre aguarda, la que calla. Una parte más de si mismo y tomaría la ventaja entre sus manos, la estrangularia a su favor con tal de hacerla cantar o gritar.

•

De nuevo estaba encerrado en un plano incomprensible, omnipresente pero ajeno al juicio.

Ahora ya no solo podía espectear con ella dormida, también pedazos mientras estaba consciente y parte de eso fue también presenciar la bofetada de información que les fue revelado por ese libro.

Personalmente nunca fue creyente de nada, no veneraba a un dios, ni siquiera pensaba en el infierno o el cielo. Pues su trabajo era arrancarle la vida a la gente y lo último que pensaba era si obtendría un juicio justo o no, sello con sangre el camino a la no redención.

Podia sentir el latir acelerado de Shara, una mezcla de miedo y valor que fluía con fuerza por todo su cuerpo. Le devolvía un poco de la humanidad que ya comenzaba a desaparecer.

Pero parte de esa valentía se convertía en imprudencia, pues aunque fuera una ser trascendental no quitaba el hecho de que tenía debilidades, y así como todos nosotros, también podía morir.

Sabía lo que pensaba, quería confrontar a Zalgo.

¿Es idiota? ¿Cómo se le ocurre?

Sentía que el corazón se me salía. Zalgo podrá tener debilidades pero su ventaja es que ha vivido y experimentado más en esta y todas las vidas.

Al igual que ella es un ser abstracto.

•

La mujer empujó todo su cuerpo sobre sus brazos aventando las inmensas puertas de la cámara del consejo donde varios miembros importantes, igual de esqueléticos que su amo, cesaron su bullicio fijando su atención a la intrusión.

Zalgo claramente más inmenso que el resto y sentado a la cabeza del meeting levanto su mano en un gesto sutil haciendo que todos los presentes se levantarán.

De ellos colgaban unas capas oscuras con bordados dorados. Todos en sincronía inclinaron el cráneo junto con la mitad de su cuerpo en respeto llevando sus brazos derechos al pecho para finalmente salir del lugar.

•

La figura esquelética se acercó lentamente, con el cráneo inclinado, los ojos vacíos fijados en ella. A pesar de la ausencia de carne, sus movimientos tenían una fluidez intoxicante.

— ¿A qué debo tan sorpresiva visita? —murmuró, levantando su mano descarnada hacia ella, el calor de su habla rozaba su candente piel.

Shara trago en seco, no esperaba este acercamiento. Apretó los puños manteniendo erguida la postura.

Su resplandor vibraba de forma incandescente al sentir su presencia. Sabía que él no era como los seres a los que estaba acostumbrada, pero había algo inexplicablemente familiar en esta energía.