d i e c i o c h o

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Jess PoV


Había escuchado el sonido de la sirena del coche de policía y segundos después los gritos habían parado. Ni siquiera me molesté en asomarme a la ventana para ver lo que estaba pasando. No quería ver la cara de angustia de mi madre, que seguramente tendría. Sabía que ella haría todo lo posible para que no se lo llevasen, porque seguía cegada por esa venda que no le dejaba ver cómo era realmente el hombre con el que se había casado.


Decidí que era el momento de dejar el tema, ya que, lo hecho, hecho estaba y ya nada podría cambiarlo. De repente la puerta de mi cuarto se abrió de golpe, y como acto reflejo bajé la cabeza. Mi corazón latía a mil por hora, temiendo que fuera mi padre quien hubiese abierto la puerta. Había escuchado el coche de la policía marcharse, pero eso no significaba que se lo hubiesen llevado. Si mi padre se enteraba que había sido yo quien había llamado a la policía, no estaba segura de lo que sería capaz.

El miedo recorría cada parte de mi cuerpo, impidiéndome pensar con claridad. La respiración se me hizo pesada. No tenía el valor suficiente como para levantar la cabeza y encontrarme con sus ojos llenos de furia otra vez. Y menos, estando en el estado en el que estaba.


-¿Jess? – una voz tremendamente familiar me llamó desde la puerta


Levanté la mirada,acongojada. Al toparme con esos ojos azules, en los que podría perderme por horas, el corazón se me encogió. La respiración se me cortó por un momento. ¿Qué hacía Louis en mi casa? Por instinto llevé mis manos a mi cara, intentando ocultar los círculos morados que la adornaban.


-¿Estás bien?¿Qué te ha pasado? – se acercó rápidamente a mí, sentándose en el borde la cama. Apartó mis manos del rostro, dejándome completamente al descubierto. Mis ojos no habían abandonado los suyos ni por un segundo. No me hacía falta hablar, seguramente mi mirada hablase por mí, y sabía que él sabría descifrarla.

Tampoco tenía palabras para pronunciar. No sabía qué decir, porque, ¿qué se supone que debería decir cuando tu padre te ha dado una paliza?


-Jess, ¿ha sido tu padre? – ahora sí que aparté mi mirada de la suya, fijándola en la colcha de la cama –


No quería y no podía contestarle. Sabía que todo lo malo que le pasase a mi padre lo tenía bien merecido, pero no estaba preparada para decirlo en alto. No estaba preparada para reconocer que el hombre con el que me había criado y convivido durante tantos años, ya no existía y se había convertido en un monstruo.


-No – dije casi en un susurro, no tenía fuerzas para articular palabras más fuerte


El silencio se hizo en la habitación. El chico seguía mirándome, su ceño estaba fruncido y en sus ojos se veía preocupación. Yo también le miraba,estaba perdida en sus ojos. Esos ojos azul intenso, que me ayudan a tranquilizarme y, por eso, no quería dejar de mirarlos, porque mientras estuviera inmersa en ellos, todo lo demás estaba ajeno a mí.


-¿Fuiste tú quién llamó a la policía? – su voz me sacó de nuevo del mundo en el que me había metido


-Sí –


-¿Por qué? –ahora su mano acariciaba suavemente la mía y su tono de voz era suave


¿Por qué había llamado a la policía? Ni yo misma lo sabía, quizás por instinto,quizás por cobardía, pero lo que había tenido muy claro en el momento en el que cogí el teléfono fue que no quería ver nunca más a ese hombre. Cogí aire para contestar a Louis, que seguía mirándome, expectante, pero mi madre irrumpió en la habitación.


-Oh dios mío –exclamó al entrar en la habitación – Jess ¿por qué no me lo dijiste? - se llevó la mano a la boca, y después la pasó por su pelo, apartándoselo de la cara.


Se quedó de pie a tan solo unos centímetros de la cama. Su mirada viajaba por todo mi rostro, observando las magulladuras, tal y como había hecho Louis minutos antes. Empezaba a ponerme nerviosa, me sentía observada y no me gustaba esa sensación. Tan solo quería tranquilidad, y ahora que sabía que mi padre ya no estaba por aquí cerca eso sería posible.


-Quiero estar sola– dije con la mirada perdida en algún punto de la habitación

-No Jess, tienes que explicarme esto – contestó mi madre, que seguía alterada


-Estoy cansada,necesito estar sola – volví a repetir, esta vez fijando la vista en mi madre


Noté cómo Louis se movía sobre el colchón. Sus ojos me observaban con pena, y rápidamente pude descifrar su intención. Eché la mano hacia adelante, colocándola en su pecho, frenando su movimiento.


-No, no me abraces– dije muy bajo. No sabía cuánto tiempo más podría aguantar sin romper a llorar


-Pero Jess...-comenzó a hablar pero le interrumpí


-No Louis, no quiero tu abrazo porque no quiero llorar, y si me abrazas lloraré –sus ojos se entristecieron y en ellos se podía distinguir un tenue brillo; apartó mi mano de su pecho y me envolvió en sus brazos,haciendo caso omiso a mis palabras. Y, sin poder remediarlo, rompí a llorar.

Las lágrimas corrían a toda prisa por mis mejillas, la respiración entrecortándose.


-Todo estará bien– susurró Louis, que seguía abrazándome fuerte – Te lo prometo– dejó un suave beso en mi pelo y apretó un poco más su agarre.


Quería creer lo que el chico me decía, pero sabía que nunca nada estaría bien,porque en mi vida, nunca había tenido nada bueno, ¿por qué esta vez tendría que ser diferente?


****

¡He vuelto! Siento la demora, pero he estado muy liada con la universidad y además, mi imaginación no era muy buena :-(

Bueno, quería decir que esta novela está llegando al final, la verdad es que no está yendo como esperaba y por eso he decidido acortarla pero, de todos modos, le quedarán unos cinco capítulos como máximo.

Gracias por vuestro apoyo, votos y comentarios. Espero que os guste xx

Hero ➸L.TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora