Una vez adentro, el frío abreviaba la intensidad del golpe en el cuerpo por culpa del calor de las luces y las personas acumuladas, pero ahora tenía que prestarle atención al mal presagió que ambulaba adyacente, casi era susurrado por la brisa y mi intento por aparentar calma era ineficaz. Observaba la reacción de Michael para comprobar si él pasaba por lo mismo, y entonces entendería lo que se nos avecinaba, en parte; pero no, Michael lucia apacible. Ahora estaba más confundida, aun así me acerqué a él y lo tomé de la mano con firmeza, previniendo que lo que presentía también le esperaba a él.
En un corto recorrido nos encontrábamos frente a una de las atracciones más imponentes, un barco pirata colosal de color negro, capaz de abordar a cincuenta personas, también se resaltaba el rojo en los bordes y blanco en las banderas, y por supuesto las calaveras. Formamos en la larga y bulliciosa fila de personas inquietas por subirse.
Parada allí al frente, vino a mí la impresión de que la cuna del presentimiento estaba allí, que daría inicio en la atracción, por supuesto me negué de inmediato, quise hallar la fórmula para evitar subir allí.
- Mejor no quiero subir - Mientras negaba con la cabeza y me apartaba de la fila.
- ¿Acaso te da miedo? que cobarde - con voz burlona dijo Sarah.
- En realidad sí -
Aún no soltaba la mano de Michael, y una brisa escalofriante me azotó, las pulsaciones se aceleraron, y sin que pudiera resistirme el miedo me invadió, ¿Qué clase de miedo era ese? Me golpeaba de forma diferente, un pavor hacía algo más poderoso y descomunal. La atmósfera se volvió violenta y aguda. Luego, como si las cosas no pudieran ser peor, Bruce estaba otra vez enojado con Dux.
- ¡Ya basta! - elevó el tono de su voz y las personas a nuestro entorno nos cubrieron con la mirada - ¡No te permito que me hables de esa forma! - completamente reñido.
- ¡¿Te molesta que te diga la verdad en la cara?! ¿hum? ¡¿No estás acostumbrado a que alguien lo haga?! - inquirió Dux correspondiendo a los gritos.
- ¡Te dije: basta! - Apretando sus dientes.
Dux abandonó la fila y comenzó a alejarse de nosotros.
- ¡¿A dónde crees que vas?! - grito Bruce cuando contemplaba a Dux perderse entre las personas.
- ¡Lejos de ti! - contestó mientras continuaba alejándose sin dirigirle la mirada.
Apretó sus puños, le costaba suprimir el enojo que lo revestía.
- Sube tú con Sarah y Thomas, yo regreso en unos minutos - me ordenó.
- En realidad pensaba no subirme - indiqué.
- Hazme ese favor y cuida que Sarah que haga una estupidez - pidió.
Inmediato emprendió pasos para ir tras Dux sin soltar a Michael de la mano, sin darme tiempo de negarme rotundamente o inventar una excusa si continuaba insistiendo.
Bueno... al menos Michael no subiría, de todas formas no podría, de modo que sería solo yo quien padeciera el significado del augurio.
- Te doy diez dólares si te desabrochas el cinturón en la última vuelta - le escuché decir a Sarah retando a mi hermano. Ahora entiendo a lo que Bruce se refería con no dejar a Sarah hacer una estupidez.
- Por diez no lo hago - se opuso Thomas.
- Por veinte entonces - tentó.
- No, no hará nada de eso -
El aderezo a la noche; que Sarah convenciera a Thomas de esa tontería, ya suficiente tenía con lidiar con la preocupación hacia algo porvenir para tener que angustiarme que Thomas aceptara tal riego.
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Enigma los Van Vladoisqui
ParanormalRelata la historia de Caroline Thompson, narrado en primera persona, una joven que tras once años de ver y percibir espectrales presencias, fantasmas, demonios, consumida por sus recuerdos pasados de experiencias devastadoras, entre esas el recuerdo...