Capítulo 13: Señales

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En la mañana de un miércoles, realicé la rutina cotidiana; me levanté, fui a la escuela, pasé allí ocho agotadoras horas y luego regresé a casa, pero luego, fui a la biblioteca como lo había prometido. Esta vez me fue más difícil entrar a la bodega por dos razones; primero, me causó temor la presencia allí abajo; segundo, Jimmy estuvo todo el tiempo acompañándome a donde quiera que fuera, pensé en pedirle que me dejara sola, pero lo tomaría como si le ocultara algo más y esa presión, de no saber y no entender, le comprime el pecho.

No podía evitar mostrarme pensativa mientras buscaba documentos que me fueran de ayuda; no podía pensar en nada más que en él, no conseguía arrancarlo de mi mente.

Contemplé la ilusión de que viniera en algún momento del día, pero no fue así.

Entre tanta distracción, debí pasar por alto varios documentos, ya que acabando el día solo hallé una carta en donde estaba escrito cuatro renglones por el detective Benjamín Adams, el encargado de la investigación de los asesinatos de la familia Van Vladoisqui.

20- 09- 1880

Las pruebas de laboratorio identificaron la sustancia consumida por el joven Tom Bartolomé Van Vladoisqui y el señor Lord Arthur Van Vladoisqui como azufre en grandes dosis, comúnmente utilizado en los laboratorios Van Vladoisqui, por otro lado encontraron también rastros de ácido arsénico, lo que da a pensar a los expertos; un veneno creado con utensilios de los laboratorios.

La fecha no coincidía con el último sospechoso como para concluir que él era el culpable por más atroz que sonara, ya que dos meses después encontraron Marie Crusoe como única culpable. Sé que había otros nombres, pero estos no destacaron como el de Marie. El detective sintió fuertes sospechas hacia otra persona, pero... ¿y si quería incriminarlo? Hasta no conseguir desvelar lo que aconteció con Caled, las cosas seguirían oscuras. Trataba de comprender, pero entonces Jimmy interrumpió mis esfuerzos.

- ¿En qué piensas? ¿En Derek? - Con tono burlón.

- No. Lamento desilusionarte -

- Caro, en verdad es un buen tipo, date la oportunidad de conocerlo. ¿Quieres que se lo pregunte a mi moneda de la suerte? Es muy sabía - bromeó.

Sacó su centavo real británico que una vez de niños encontramos cavando y me lo ofreció.

- No, gracias - reí ligeramente.

- ... ¡Ah! ya sé, iremos a una convención. ¿Por qué no nos acompañas a la convención paranormal que abra el sábado? ¿Eh? Deberías ir, así podrán conocerse más - sugirió.

- ¿De qué tratará? - Con tono curioso.

- No lo sé, es una convención paranormal, creo que tratará de finanzas -

- Estas muy gracioso hoy -

Se echó a reír.

- Habrán médium y gente que ve fantasmas, cosas paranormales, también habrán relatos y vídeos de ovnis. Cosas interesante. Anímate. Si dices que sí, yo mismo te recojo a las tres, así no nos perderemos de nada. ¿Qué opinas? ¿Vienes? -

- Sí, siempre y cuando convenzas a mi papá -

- Lo haré. ¡Es genial!... ¡Caro tendrá una cita con Derek! ¡Caro tendrá una cita con Derek! - Molestó cantando y paseándose por el lugar.

Ese día terminó y Tom no apareció, aunque me lo esperaba, así como me lo advirtió en su carta; me era difícil aceptarlo.

En la noche de nuevo no conseguía conciliar el sueño, pasaron horas antes de que pudiera dormirme, pero al final terminé exhausta y me quedé profunda en mi cama. Antes puse el despertador por si mi mamá no me despertaba en la mañana.

Enigma los Van VladoisquiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora