Capítulo 1: Me aterra la oscuridad

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— Sí mami, ya tranquila, te vendré a visitar, lo juro, solo... Solo piensa que estoy de vacaciones, ¿si?

Trataba de darle ánimos a mi mamá, ya que desde que se enteró que en un mes, su única hija se iba a independizar entrando a la universidad, no ha parado de llorar y consentirme, pero lo peor ha sido en esta última semana, y con este pensamiento llego al recuerdo de hace algunos días.

Flashback.

— Pero Luci, no es necesario que te marches, tú sabes que esta es tu casa y...

— Mamá, ya hablamos de esto y te dije que sería lo primero que haría en cuanto cumpliera dieciocho, y no me iré al otro lado del mundo, solo... Sólo iré a la Universidad.

— En New York hija, está lejos ¿sabes?, y tú eres mi pequeña—. Llora otra vez.

Por un momento pineso que esta decisión no es buena, sin embargo me invade la idea de mi vida y mis sueños, sólo será para cumplir lo que tanto quiero.

— No mamá, ya no soy pequeña, soy mayor de edad, y quiero experimentar fuera, seguir mi carrera en fotografía, tener mi propio piso, pagarlo con mi dinero, conocer el mundo...

— Si hija, y casarte, formar una familia—. Termina mi madre con un suspiro.

— Vele, me alegra que entiendas—. La miro—. Te quiero ¿lo sabes verdad?—. Asiente sonriendo débilmente.

—También te quiero Luci—. Dijo mientras me jalaba con una de sus pequeñas manos contra su pecho; la abracé.

Fin del flashback

¿Han sentido esa sensación en el estomago en la que no saben si lo que hacen es correcto o no?, bueno, eso es lo que siento justo en este momento, pero quiero un cambio, algo diferente, por eso estoy aquí empacando mis últimas cosas antes de partir del pequeño pueblo en el que crecí, para irme a la gran y abrumadora ciudad de New York, por ahora viviré en la casa de mi tía, ella viaja mucho por lo que será como vivir sola, esto hasta que encuentre un trabajo de medio tiempo que no complique mis estudios.

— Luci querida, baja—. Escuché decir a mi madre.

— ¡Ya voy!—. Grité en respuesta, terminé de guardar una blusa verde agua en la maleta, cerré la cremallera y bajé.

— ¿Que ocurre má?—. Dije una vez en el recibidor.

— Unos amigos tuyos linda.

La emoción me invadió y no evite la risa de felicidad que salió de mi garganta, volvia a tener frente a mi, a mis compañeros de toda la vida.

— ¡Oh, santo Dios, Katy, Brus, chicos!, ¿qué hacen aquí?

Corrí y los envolvi en un efusivo abrazo.

Katy es mi amiga desde que tengo memoria, mi madre y su madre eran mejores amigas así que se puede decir que crecimos juntas.

Por otro lado Brus, él es nuestro amigo desde quinto grado, nuestra amistad empezó cuando unos chicos mayores nos molestaban a Katy y a mí; él pelirrojo nos defendió, Katy empezó a gustar de él pero tras eso se enteró de sus gustos diferentes y nuestra amistad se hizo aún más fuerte sin importar nada, y si, Brus es gay, pero es un chico muy guapo y ni Katy ni yo entendemos eso, aunque no es que le demos importancia, tan solo guardamos el secreto y respetamos los gustos de él.

— ¿No esperabas que te dejáramos ir sin antes despedirnos verdad?—. Habló Brus con obviedad.

— Chicos, es increíble que hayan viajado desde tan lejos—. Reconocí.

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