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Capítulo 8: Propiedad de Dominic Novac

-Pero entonces... ¿Qué piensan hacer?-. Pregunté.

-Irnos lejos... Tal vez a Canada o a Francia-. Respondió Lily.

-¿Ya no nos volveremos a ver?

Si su respuesta confirmaba mi pregunta no iba a evitar sentirme triste, de alguna forma ella se había ganado el nombre de amiga. La respues nunca llegó, y las miradas de todos estaban de mí, a Dominic, su acción logró inquietarme.

-¿Y bien?-. Insistí.

-Tu vendrás con nosotros.

¡Claro, que bromistas!

-¿Qué?-. No tenían pinta de querer bromear-. ¿Por qué tendría que ir yo? Es imposible, debo estudiar, no puedo per de clases y mucho menos el curso.

-Estudiaras en donde estemos, no te preocupes por eso.

¡Están de broma! ¡A que sí!

-No, no y no, me niego a ir-. Protesté sentándome de golpe mientras me cruzaba de brazos.

-Debes entender, NO, ya no es una opción-. Habló esta vez Sebastian, su voz tenía cierto tono de lástima.

-Lo lamento, pero no puedo seguir con esto, es demasiado, logra superarme-. Suspiré tratando de aclarar mis ideas-. No entiendo lo que ocurre, y en ese caso aborto ésta misión-. Me levanté haciendo una seña de militar con mis dedos en mi frente y me dispuse a salir.

Todos están locos, yo no podría... ¿Pero que demonios?

-¡Suéltame!-. No me lo creo-. ¡Déjame ya!

Este tipo me cargaba como saco de papas sobre su hombro. ¡Simio!

-Todos ustedes alisten sus cosas, partimos en una hora-. Dijo subiendo las escaleras dirigiéndose a un cuarto, todo el camino ignorandome de una forma increíble. Deberías ganar un premio por idiota, Dom.

En la habitación no se preocupó por ser delicado al dejarme en la cama, y notablemente enojado cerró con platillo la puerta. Jo-der.

-¿Que es lo que quieres?-. Hablé con temor en mi voz y alejandome a medida que el se acercaba.

-¿No lo entiendes verdad?-. Me miró fijamente.

La verdad... ¡NO!

-No me lo explicas-. Me justifique.

El sólo había dicho que yo era suya, lo cual es una desfachatez, y luego me quiere llevar al otro lado del mundo sin importarle mi opinión, lo cual es aun mas loco. Su rostro denota frustración y tira un poco de sus cabellos.

-¡Joder!-. Gruñe-. ¿Siempre eres así?-. Se acerco peligrosamente-. ¡Tú eres mía ahora, mía entiendes!-. Me tomo de las muñecas de una forma brusca y fuerte. Seria un eufemismo decir que solo tenia miedo. ¡Estaba aterrada!
Sabía que iba a volver a pasar, no aguantaría las lágrimas. Él se parecía tanto a Ben.

-Su-Suéltame, por favor-. Mi voz se quebró, era inevitable. Dominic aterrada verdaderamente.

Mierda, Luci, saca algo de valor.

-Lo lamento, es solo que...

-Si, ya no tienes que repetirlo-. Suspiré agotada-. Ahora soy tuya... Otra vez-. Esto ultimo lo susurre. Me sentía digna de ocupar un puesto en un manicomio, no lograba distinguir el pasado del presente, Dominic de Ben.

-¿A que te refieres con otra vez?

-Nada, no es nada-. Me apresure a decir, casi hablo de mas.