Capítulo 3: Cena de bienvenida

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¡Santa Ravina, es enorme!

Pienso al ver la supuesta "pequeña" casa de mi tía, de pequeña no tiene nada, es enorme y muy hermosa al igual de las casas que rodean el vecindario, entro en la casa y suspiro una vez más desde que pisé tierra neoyorquina.

-Es hermoso-. Susurro para mí, y no miento está totalmente decora de una manera muy elegante y bonita, juego de muebles y comedor enormes, cuadros por aquí y por allá, simplemente bella.

Dejo viajar a mi mirada a las grandes escaleras en tono bronce al igual que el resto de la decoración, miro mis maletas y vuelvo a suspirar, reprimiendo profanides, están pesadas y me costará subirlas. Me decido a empezar a subirlas, pero el molesto timbre se escucha haciendo eco.

Rogando porque nada malo.sea lo que encuentre detrás de la puerta, decido abrir.

-Hola, soy Lilibeth Clark pero puedes llamarme lily.

Es una chica y me limito a sonreír, tiene una expresión muy alegre.

Es una chica linda, de tez clara y de cabello oscuro, ojos cafés oscuros y unos centímetros más baja que yo.

Sin recovecos en la situación, un extraño pensamiento surca mi mente, ella me agrada.

-Eh, hola... Mucho gusto, soy Luci Danvers pero puedes llamarme-. Pensé por un momento-. ¿Luci?

Supongo que decir que soy mala en las presentaciones es un eufemismo.

-Me caes bien-. Su sonrisa parece de comercial-. Al parecer eres familia de la señora Verónica Danvers-. Asentí

-Si, es mi tía.

-Estupendo, la señora Verónica es una persona hermosa.

Su confesión no me toma por sorpresa, mi tía Verónica es amable y el sueño ilustrado de un futuro de toda adolescente, siempre viste bien y viaja por el mundo disfrutando de todo.

-Si-. Sonreí sin más.

-Oh, casi lo olvido, eres nueva aquí así que quise prepara una bienvenida, solo una cena, mi hermano y yo seremos los únicos presentes.

-Oh, estupendo, gracias Lily-. Sonreí con verdadera gratitud.

La idea me emocionaba, es fantástico saber que no hay personas amargadas, sino al contrario.

-Si, bueno soy de la casa de al lado-. Señaló una casa igual de hermosa que la de mi tía Verónica-. Te espero a la ocho, ¿Sí?

-Claro, estaré ahí, gracias otra vez-. Nos despedimos y yo cerré la puerta, hasta ahora todo va de maravilla y sinceramente espero que siga así, vecinos agradables, una vida tranquila.

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Una vez desempaque toda mis cosas y las acomode a mi gusto me duché y me vestí con lo que usaría para la cena de bienvenida que organizaba mi amable vecina.

Un vestido beige con encaje negro en la parte de abajo, unos zapatos no tan altos negros y un collar en tono plata.
Estaba sumamente sencilla, no era tampoco que se me diera mucho eso de arreglarse y ser el centro de atención, me iba más lo discreto.

Una vez lista revise la hora en mi celular y eran las 7:30 por lo que decidí apresurarme con eso del maquillaje, al igual que mi atuendo algo no muy complicado, rayita de gato- como la llama usualmente Katy que es una experta haciendola- labial en un tono parecido al de mis labios y algo de rimel, quizás un poco de rubor para mi paliducha cara.

Volví a checar la hora en mi celular y eran las 7:56, puse mis tacones ya que me los había quitado para no caer en mi corre corre por buscar maquillaje y estaba lista.

Salí y una vez frente a la puerta de mi agradable vecina toque el timbre, no pasó mucho tiempo para que luego de esto me abriera Lily.

-Hola-. Saludé un poco tímida.

-¡Hola!-. Chillo y corrió a abrazarme, por lo que me tensé tras su tacto, al parecer ella se dio cuenta por lo que se alejó de mí y se disculpó. Estaba nerviosa, no quería quedar como tonta.

-Eh, no... Descuida-. Sonreí y me invitó a pesar.

La casa extrañamente tenía una decoración parecida a la de la tía Verónica, era acogedora y enorme, sobre todo enorme.

-La cena ya está, toma asiento-. Dijo y nos dirigimos al comedor donde yacía sentado un chico como de unos veinte años, guapo de tez morena y unos ojos verdes de infarto, supuse que era el hermano de Lily y lo confirmé cuando habló.

-Hey Lily, pero ¿quién es esta hermosura?

No hacia falta apuntar que era del tipo coqueto.

-Jack, basta, es la nueva vecina, se respetuoso por favor-. Lily lo regaño y el soltó una risa despreocupada.

-Si, está bien hermanita.

-Bueno Luci, él es mi hermano Jack, y Jack, ella es Lucí, ahora por favor siéntense y comamos en paz-. Finalizó Lily con un sonoro suspiro.

Su hermano la sacaba de quicios.

La cena transcurrió entre bromas, preguntas y uno que otro comentario sobre "lo bella que era", "mi hermosa sonrisa" y otras mentiras por parte de Jack. Sería ingenua si creyera en algo así.

-Y Luci ¿cuantos años tienes?

La pregunta de Lily interrumpió mi momento de amor con el delicioso postre de chocolate negro. Mamá siempre me compraba uno luego de ir de visita a la casa de Pau.

-Acabo de cumplir dieciocho.

-Excelente solo te llevo tres años, no habría problema en que salgamos-. Jack volvió a guiñar un ojo por décima vez durante la cena.

¿Arrogante?

No, más bien gracioso.

-Super yo también acabo de cumplir los dieciocho-. Chilló Lily ignorando el comentario de su hermano.

-Pues si, en realidad es...-. El tono del celular de Jack interrumpió la platica.

-¿Quién era?-. Luego de que Jack cortara la llamada, Lily preguntó.

-Dominic-. Suspiró agotado.

Por algún motivo- que no entiendo- el nombre del individuo me dejó un mal presentimiento, y yo soy la persona con más malos presentimiento terminados en tragedia.

-¿Otra pelea?-. El ceño fruncido de Lily se acentuó.

-Ajá, nada bonito como terminó todo.

-¿Pero eso no era hasta la semana entrante?

No era necesario decir que me sentía como un espía, su tema era algo extraño y no me debía de interesar.

-Si, pero está al parecer por otros asuntos-. Negó y escribió algo en su móvil-. Lo lamento, me tengo que ir-. Se levanto dirigiéndose hacia Lily y besando su mejilla para luego acercarse a mí y repetir la acción.

Ese tal Dominc parece causar muchos problemas, y Jack tiene pinta de que es su niñera. Casi río pensando en pañales.

Luego de que Jack se marchara hacia no sé dónde auqnue suponía que se trataba de el lugar donde se encontraba ese tal Dominic. Bonito nombre, fea actitud. Meterse en peleas no suena a algo bueno.

La tensión acabo y Lily y yo seguimos interactuando más.

-Entonces en eso consiste mi trabajo, es muy fácil y el señor Moore es muy comprensivo y amable, de seguro y te da trabajo a ti también.

La suposición de mi vecina me hizo ilusión, ella iba a la misma Universidad que yo, pero seguíamos distintas carreras, lo de ella era complicado incluso de pronunciar.
Me sentía feliz por cómo se habían dando las cosas hasta ahora, mi nueva vida se trazaba como rotulador en una hoja blanca, empezando desde el incio una nueva historia. Una que esperaba marchara bien.

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