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Esto de levantarse sin tus caricias ya forma parte de mi rutina. Y qué rutina... Levantarme sin ti y echarte de menos.

Hoy quería hacer algo especial. Escaparme a la playa y esconderme en algún rincón, o perderme por las praderas del norte. Pero no, mis responsabilidades me llaman, me necesitan, y no me puedo permitir otra distracción. Hoy me toca llorarte en casa, sin nadie que me pueda calmar.

Tal vez me anime una buena taza de leche caliente, o una buena ducha para limpiar mis penas más superficiales. Aunque pensándolo bien... cuando mejor estoy es cuando duermo, y sueño contigo, con nuestro reencuentro... Y con él, se reencuentran nuestras vidas, se complementan, y se contagian la felicidad. Eso es lo que me animaría ahora. Unos golpecitos en la puerta, y que aparecieses tú. Pero es imposible, vives tan lejos de aquí...


801.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora