Me duele todo el cuerpo cada vez que pienso en alguno de los tristes recuerdos que alberga mi memoria.
En ocasiones el dolor de alguna situación es mayor con el paso del tiempo, y si no se busca una solución contundente, puede llegar a obstaculizar nuestro camino.
Hay momentos que marcan nuestras mentes, y las imágenes fugaces que se nos muestran a ratos son causa más que suficiente como para hacernos temblar el alma. Se nos eriza la piel, se nos cierran los poros, se nos seca la tranquilidad.
Tengo dolores difíciles de curar.