Ella
Creía, y sigo creyendo, que tus ojos tienen algo hechizante, algo que te hipnotiza y te va quitando el alma de forma lenta pero indolora.
Me había pasado la semana entera soñando con un misterioso joven enfundado en un largo abrigo de ante negro, muy parecido al tuyo.
El chico se subía a un autobús en el que se podía leer N°213.
Yo corría y corría pero nunca lograba alcanzar la puerta del autobús a tiempo. Por más que estirase los brazos y moviese los pies, el autobús no se acercaba.
Y cuando ya por fin conseguía llegar, cuando las puntas de mis dedos estaban a milímetros de la puerta, esta se cerraba con un ruido seco en mis narices.
Me quedaba quieta, viendo cómo se alejaba por la carretera contigo en su interior, ajeno a todo lo que sucedía en mi corazón.
Me estabas quitando el alma poco a poco, de forma lenta pero indolora. Y tú, ni siquiera te dabas cuenta.
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N° 213
Short StoryTodo comenzó una fría mañana de invierno en el autobús número 213. Dos adolescentes, dos confesiones, dos amores.