Él
Dados de la mano corrimos hasta el coche y riendo nos metimos dentro.
"Al restaurante" dijo el conductor antes de enceder el motor y ponerse en marcha.
Le miré atentamente y me di cuenta de que su cara me sonaba mucho.
"¿Le conozco de algo?" le pregunté.
"Es verdad, a mí también me suena", comentó Lucía extrañada.
"Yo sí que los conozco," dijo "estuve años conduciendo el autobús 213. Me acuerdo perfectamente de vosotros dos."
Miré a Lucía y me fijé que estaba igual de sorprendida que yo.
"Desde el principio supe que íbais a acabar juntos"
Y nos guiñó un ojo por el espejo retrovisor de forma cómplice.
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N° 213
Short StoryTodo comenzó una fría mañana de invierno en el autobús número 213. Dos adolescentes, dos confesiones, dos amores.