Capítulo 2

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En la imagen nos podemos hacer una idea de Blaise, Draco y Henry.


La semana estaba siendo más dura de lo normal, poque las clases eran más difíciles y los profesores más exigentes, y el hecho de que hubiese dementores cerca no hacía que la gente estuviera muy contenta ya que, aunque no se acercaban a los alumnos, su sola presencia hacía que la alegría se dispersa y que todos sintieran más tristeza.

Ese año como de costumbre tenían un nuevo profesor de Defensas Contra las Artes Oscuras, Remus Lupin, el cual era un hombre muy delgado y demacrado, pero con una gran sonrisa que hacía que todos se sintiesen a gusto en su presencia. Eso provocó que sus clases fuesen las más deseadas y que internamente todos rezasen para que aquel profesor durase más de un curso, ya que era uno de los pocos años que estaban aprendiendo cosas interesantes.

Por otro lado, la profesora Treloawney, quién les enseñaba Adivinación, tenía un tono de voz etéreo y fantasmal, además era extremadamente delgada, con unos enormes ojos que se aumentaban más por sus gafas gigantescas. Después de la clase, Jessica no había podido parar de comentar sus raras vestimentas en toda la comida, y también, que en la primera clase ya hubiese predicho a Harry que iba a morir, algo que a muchos de la mesa les parecía bastante bien, pues al ser de Gryffindor le odiaban.

-No está bien desear la muerte de nadie, por mucho que os caiga mal- Reena pegó un codazo a Draco, ya que este seguía riéndose-. No os podéis dejar guiar por los prejuicios que se impusieron en la escuela. Porque alguien sea de otra casa no os puede caer mal sin ni siquiera conocerlo.

-Lo que yo no entiendo es como a ti si te cae bien- el rubio se frotaba las costillas dolorido. Reena no había sabido controlar su fuerza y a él le había pillado desprevenido aquel ataque-. No es solo porque sea insufrible, también es amigo de la comadreja, de la sangre sucia y rechazó estar en Slytherin como si nuestra casa fuese mala.

-No puedes juzgar a la gente por eso sin ni siquiera tomarte la molestia de conocerlo- se defendió la chica-. Además, Jessica se lleva muy bien con Ginny y nadie dice nada de eso.

-A mí no me metas en esto- dijo la chica mientras torturaba sin piedad una patata de su plato-. Sabes que no debes prestarles atención cuando comienzan a hablar de estas cosas. Lo mejor es ignorarlos y dejar que cambien ellos solos de tema de conversación- los chicos la miraron ofendidos por sus palabras, pero ella les ignoró. Ambas sabían que era muy complicado cambiar la mentalidad de sus amigos, pues se habían criado en ambientes donde los muggles no eran bien visto y se daba demasiada importancia a la pureza de la sangre.

-No me gusta que hablen así de la gente- lanzó una chuleta al suelo donde fue devorada por el gran lobo-. Me gusta defender a la gente, ¿a que sí Moar?

-No comprendo porque os atacáis entre vosotros- todos pudieron escuchar la voz del lobo en sus cabezas-. Lo mejor es convivir unos con otros sin conflictos.

-Solo le das la razón porque es tu compañera- Henry le ofreció otra chuleta que desapareció de su mano en medio segundo-. No podemos aceptar tus palabras, por muy sabias que sean, como objetivas en esta conversación.

-Para resolver esto tendríais que preguntar a alguien externo a Slytherin- Blaise no apartó la vista del Profeta mientras pronunciaba aquella palabras-. Solo vosotros no resolveréis nada, aunque, si me preguntáis, yo soy de la misma opinión que Draco y Henry.

-Ahora tenemos clase con Ravenclaw- dijo pensativa Jessica-. Podría hablar con ellos y preguntarles su opinión.

- ¿En serio queréis seguir discutiendo sobre esto?

-Moar tiene razón, por mucho que hablemos con otras casas, estos imbéciles nunca admitirán que tenemos razón.

-Sin ofender- se quejaron los chicos-. Nosotros solo hemos expresado la opinión de la mayoría de Slytherin.

La Cazadora de Serpientes (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora