Capitulo 13

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Tal y como vaticinaron sus padres la separación fue muy dura. Sentir la ausencia del otro era como perder una parte de ellos y, aunque sabían que no era posible, les dolía físicamente.

-Reena estás horrible- Jessica se sorprendió cuando vio a su amiga llegar al campo de Quidditch-. ¿Sabes que existen conjuros que te ayudan a maquillarte?

-Gracias por ser tan comprensiva- suspiró hastiada -. Llevo una semana sin Moar y apenas puedo dormir.

- ¿Por qué no vas a dormir con Draco? - un gruñido fue la única respuesta que obtuvo-. ¿Habéis peleado otra vez?

-No puedo dormir con él todo el curso- desde que le dijeron que Moar estaría cuidando a Harry, su humor fue horrible y no quería discutir con Draco por cualquier tontería-. Tengo que entrenar- dicho eso se metió en el vestuario para cambiarse.

-Reena no puedes entrenar en ese estado. Imagínate que te caes de la escoba o que te da una bludger- la maga salió completamente vestida y con su escoba en la mano-. Reena no seas cabezota- intentó razonar con ella-. ¡Henry! - el moreno apareció junto a su novia como por arte de magia-. Que efectivo. Tengo que probarlo más a menudo.

-No te hagas ilusiones, me has llamado justo cuando salía de cambiarme- el moreno miró divertido a su novia-. Reena ¿estás bien? – no pasó desapercibido para ninguno el mal aspecto de la maga-. No es por ofenderte, pero no tienes buen aspecto.

-Que amables sois todos últimamente- dijo cada vez más irritada.

-No entiendo porque la separación te afecta tanto, a mi no me pasa con Terra. La echo de menos, pero no estoy tan mal.

-Jessica tu llevas apenas unos meses unida a Terra, pero ellos llevan toda la vida juntos- Draco salió del vestuario terminando de colocarse bien la ropa-. La conexión que ellos tienen es mucho más antigua y fuerte que la tuya- se acercó hasta Reena. Desde el día que aceptó que Moar se uniera a Potter notó como ella lo sufría-. Maldito Potter- escupió el rubio con rabia. Odiaba verla tan mal, pero sabía que ella no se dejaría ayudar fácilmente, y mucho menos si su humor seguía empeorando.

-Estaría mejor si durmiera contigo- Henry miró al cielo pidiendo paciencia. Él sabía el secreto de la pareja, pero no pudo decírselo a Jessica, algo que pagaría caro cuando se supiera.

Reena se alejó de ellos y salió al campo bajo la atenta mirada de sus amigos. No quería seguir escuchándolos, porque ninguno comprendía por lo que estaba pasando y no quería enfadarse con ellos, pues no tenían la culpa. El que más sufría su mal humor era Draco, y eso al final provocó varias discusiones entre ellos, siendo la última la de aquella mañana.

-Jessica no puede dormir conmigo todo el curso.

-No creo que nadie se queje- el rubio suspiró cansado y siguió los pasos de su novia.

-Cariño deja de forzarlos- ella quiso replicar, pero no la dejó-. Deja que hagan las cosas a su manera.

-Pero ellos...- Henry le tapó la boca con dos dedos-. Vamos, tengo que entrenar. ¿Te quedas?

-Pues claro- él se sonrojó al escuchar la afirmación-. No puedo dejar que Reena se caiga de la escoba.

-Y yo que pensaba que te quedabas por mí.

-Me encanta verte con el uniforme de Quidditch- le susurró al oído para a continuación darle un apasionado beso que le dejó con ganas de mucho más.

-Jessica le necesito concentrado en el juego, no en cómo quiere arrancarte la ropa- el rubio cogió a su amigo de la capa para alejarle de la chica.

-Lo que te pasa es que tienes envidia- le susurró para que Jessica no le pudiera escuchar-. Yo puedo besarla cuando y donde quiera- Draco casi le tiró la escoba a la cabeza frustrado al escuchar sus palabras-. Aunque creo que tendrás más envidia o celos de eso- con un movimiento de cabeza señaló hacia su izquierda. Allí estaba Reena hablando con Dorian McCaullie. Nunca le cayó bien el mago, sobre todo, porque desde el primer momento notó que se fijó en Reena y sus intentos por acercarse a ella en varias ocasiones.

-No es por nada, pero parece que tienen una conversación muy animada- el rubio se encendió al escuchar las palabras de Jessica. Ella quería provocar una reacción en él y sabía muy bien que no soportaba a Dorian.

-Draco no hagas ninguna estupidez- Henry fulminó a su novia con la mirada-. Jessica...

-No he dicho ninguna mentira- se defendió ella-. McCaullie puede ligar con Reena si quiere, y ella es libre de responder- Henry solo suspiró cansado y se acercó a Draco.

- ¿Qué haces aquí McCaullie? - la rabia encendió los ojos grisáceos del rubio.

-No está prohibido asistir a los entrenamientos de las demás casas- respondió Dorian con una maliciosa sonrisa-. Además, solo he venido a ver a Reena.

-Lárgate de mí entrenamiento- siseo cada vez más furioso.

-Draco no seas infantil- Reena se interpuso entre los dos chicos-. Puede venir a ver los entrenamientos al igual que lo hacen los alumnos de Durmstrang y Beauxbatons.

-Tranquilo, no quiero poner nerviosos a vuestros jugadores- la miró con una dulce sonrisa y su mano apoyada en el hombro de la chica-. Me iré y así podréis comenzar con el entrenamiento, aunque insisto en que deberías descansar- el chico rozó la mejilla de la chica con una actitud que a ella le incomodó-. Por cierto, Malfoy, creo que pronto recibirás noticias muy interesantes- se fue dejando a Draco furioso y a Reena algo confusa.

- ¿A que ha venido eso? ¿Desde cuándo tenéis tanta confianza? - la miraba furioso.

-Solo estábamos hablando de Quidditch antes de que llegaras- ella se dirigió hacia el campo de entrenamiento con Draco pegado a sus talones.

-Con Dorian McCaulie no solo se habla- el chico estaba comenzando a elevar el tono-. ¡No hables más con él!

-Draco Lucius Malfoy- Reena se giró como si de una serpiente furiosa se tratase, lo que provocó que él se quedara totalmente pálido, porque nunca le había llamado por su nombre completo y no le sonó bien-. Nunca vuelvas a levantarme la voz y mucho menos a prohibirme hablar con nadie- sus ojos se oscurecieron hasta ser casi negros. Con un fuerte golpe le entregó la escoba y el bate-. Ya me contará Henry que tal el entrenamiento- dicho eso se dio media vuelta y se alejó del lugar en dirección al castillo.

-Draco ¿que le has dicho para enfadarla tanto? - el cielo comenzó a nublarse-. Nunca la he visto tan enfadada- el rubio miró al cielo todavía sosteniendo el bate y la escoba de la chica.

-Se suspende el entrenamiento- Henry se sorprendió, pues Draco nunca suspendía un entrenamiento por una tormenta-. ¿Por qué no cerraré nunca la boca? -pensó el rubio abatido, mientras el resto de sus compañeros abandonaban el lugar y él se quedaba allí solo esperando la lluvia.


A lo lejos la mujer podía ver como el campo de Quidditch quedaba desierto, excepto por la figura de un chico que miraba al cielo esperando la llegada de la lluvia. Apartó la mirada de la ventana apenada. La hora había llegado y no podía dejar que aquello continuara por el bien de la familia.

Un hombre la abrazó por la espalda, su piel cálida le provocó una sensación de tranquilidad, sobre todo cuando miró sus oscuros ojos que hacían juego con su cabello.

-Lo hacemos por su bien- dijo intentando convencerse-. Debemos hacerlo antes de que se nos vaya de las manos.

-Lo prepararé todo- besó la nuca de la mujer para infundirle valor-. Es lo mejor que podemos hacer- se alejó del lugar, mientras ella seguía mirando por la ventana debatiendo internamente si era cierto o solo se intentaba convencer de que era lo mejor para ella y la familia.

La Cazadora de Serpientes (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora