Capitulo 24

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En la imagen podemos hacernos una idea de Dorian, Liam sería igual solo que con sus ojos verdes.

-Draco no debes fumar- el humo salió con lentitud de los labios del rubio-. Es un mal hábito- Reena sintió un escalofrío cuando la mirada del chico se centró en ella. En ese momento era endemoniadamente sexy, pues su pelo estaba desordenado y su cuerpo desnudo apenas estaba tapado por una sábana.

-Mi amor la gente tiene muchos malos hábitos- dio otra calada del cigarro con la picardía revoloteando en sus ojos-. Y si esto no me mata lo harás tú agotándome físicamente- ella le pegó en el brazo como respuesta a su insinuación-. Reena últimamente no me dejas dormir por las noches y tengo varios trabajos sin terminar. Si mis notas bajan este curso será tu culpa.

-Yo no te obligo a venir- ella se incorporó en el colchón hasta sentarse con las piernas encogidas y apoyar la cabeza en las rodillas. Su piel desnuda reflejaba las oscuras aguas del lago-. Pero tú no te puedes resistir cada vez que te digo que voy a venir aquí- Draco apagó el cigarrillo al ver la diversión en los ojos de la maga.

-Eres tú la que me pides que venga todos los días. Debe ser que lo estoy haciendo muy bien- el chico miraba al techo con arrogancia-. Has caído en mis encantos amor- Reena le miró ofendida, pero cuando quiso replicar Draco la volvió a tumbar y se apoyó en su pecho desnudo-. Yo he caído perdidamente en los tuyos- ella acarició los sedosos cabellos de su novio.

-Nadie puede resistirse a tus encantos- él alzó la mirada divertido-. Ya sabes que hay un rumor que dice que tienes sangre de veela.

-No mi amor, no tengo sangre de veela, lo que pasa es que estoy condenadamente bueno- ella se rio al escucharle decir aquello.

-Draco eres...- el chico capturó sus labios ¡ antes de que dijera nada más.

-Soy tuyo- se volvieron a unir dando paso a la pasión de la pareja.


La lechuza que se posó sobre la mesa delante suyo estiró la pata para que la maga desenrollara el pergamino que permanecía allí atado. Antes de poder abrirlo el animal se fue dejando a Reena confundida. No supo identificar la letra cuando comenzó a leerla hasta que vio la firma.

Me gustaría que pasaras el día conmigo en Hogsmeade el sábado. Así evitarás que tu madre te siga presionando después de lo del Baile de Navidad.

Un beso

Dorian

-¿Qué es?- Jessica se sentó a su lado en la mesa del aula.

-Dorian- respondió hastiada-. Quiere que pasemos el día en Hogsmeade- Henry se sentó detrás suyo con Draco a su lado. El rubio miró el pergamino interesado, pues no era normal recibir cartas a esas horas-. No quiero, pero si lo hago una vez, tal vez mi madre me deje en paz un tiempo.

-Puede ser- ellas bajaron la voz para que los chicos no pudieran escucharlos-. Pero, ¿es bueno para ti?

-Supongo que si- la profesora McGonagall entró en el aula dando por iniciada la clase y finalizando el murmullo de las múltiples conversaciones de los alumnos.


Las clases se le hicieron largas y aburridas. Por suerte tenían una hora libre antes de pociones y pensaban aprovecharla en los jardines del colegio. El tiempo era agradable y el sol brillaba ese día dejándoles disfrutar del momento.

El grupo se sentó en la hierba dispuestos a no moverse de allí hasta tener que acudir a su última clase del día.

Pansy y Jessica, las cuales volvieron a hablarse tras un tiempo distanciadas, mantenían una fuerte discusión sobre los cantantes de un nuevo grupo, mientras tanto, Crabbe, Goyle, Blaise y Henry jugaban a los naipes explosivos. Draco intentaba terminar su trabajo de Historia de la Magia el cual debía entregar al día siguiente. Por su parte Reena tenía que terminar la tarea de pociones, pero permanecía con la mirada perdida en el cielo. El sol le daba directamente en los ojos, los cuales mantenía cerrados hasta que algo le tapó el sol.

La Cazadora de Serpientes (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora