La Cazadora de Serpientes (Draco Malfoy)

Capitulo 23

-Buenos días- James permanecía apoyado en una de las columnas de la plataforma a la espera de que los Campeones terminaran de hablar con sus profesores. En cuanto le vieron, los cuatro se quitaron los colgantes y se los entregaron- Buena suerte en la prueba- dicho eso se alejó de ellos para subir al segundo piso y esperar allí hasta que les tuviera que devolver los collares.

-Bienvenidos a la segunda prueba del Torneo de los Tres Magos- como en la prueba anterior Dumbledore hizo la presentación-. Esta noche a cada uno de nuestros Campeones les ha sido robado algo muy importante para ellos- Harry miró nervioso las branquialgas que descansaban en su mano. No sabía si aquello era una buena idea o si podía lograr superar aquella prueba-. Para poder recuperarlo tendrán que sumergirse en las frías aguas del lago y buscarlo, pero para ello solo dispondrán de una hora- un fuerte cañonazo retumbó sorprendiendo a todos-. Que comience la segunda prueba- los campeones se lanzaron al agua con urgencia, pues el tiempo era limitado.

Harry se estaba asustando mucho al no poder respirar bien con las branquialgas, mientras tanto, los tres campeones avanzaron rápidamente adentrándose en la oscuridad del lago.

-Si no te das prisa no podrás superar la prueba- Harry se giró sorprendido al escuchar aquella voz. Delante suyo había una sirena o eso creyó, pues reconocía su rostro-. Las branquialgas ya han hecho efecto, puedes nadar y respirar como un pez- él asintió todavía muy confuso por lo que veía, pero sin perder tiempo-. Espero que no tarden mucho en llamarme- Reena miró hacia la superficie. En la plataforma pudo ver a Draco, el cual miraba el agua intentando ver algo, pero por algo era llamado el Lago Negro.

-Draco- el rubio miró a su alrededor al escuchar que alguien susurraba su rostro-. Draco- algo chapoteó tras él. Al girarse vio a Reena con los brazos apoyados en el suelo de la plataforma y mirándole con una divertida sonrisa-. Por un momento he creído que tendría que tirar algo para que me hicieras caso.

-¿No tienes que estar vigilando lo que pasa en el agua?- se agachó delante de la maga. Al mirarla más de cerca pudo ver un tenue color blanquecino en sus ojos que no recordaba.

-No me dejan estar cerca de ellos a no ser que tengan algún problema serio y no puedan continuar- el rubio asomó la cabeza para mirar hacia el agua, pero no consiguió ver las piernas de la chica-.Draco no quiero tener que rescatarte a ti- evitó que se cayera al agua cuando intentó sacar más el cuerpo-. Está muy fría.

-Cualquiera diría que no sientes el frío- murmuró él, pues Reena lo solía pasar muy mal cuando llegaba el invierno.

-Siempre te lo digo, te acostumbras una vez que nadas un rato- él la miró suspicaz-. ¿Recuerdas que te dije que un día te demostraría que en mi familia tenemos sangre de sirena?- él asintió. Desde pequeña ella se lo repitió innumerables veces, pero nunca le enseñó la prueba, según ella porque todavía era joven. Sin embargo, tras aquel extraño encuentro que tuvo con la sirena en su lugar secreto, comenzó a creer en la historia de la chica-. Cuando todos se vayan esperame y te lo demuestro- se impulsó con los brazos para juntar sus labios con los del rubio sorprendiéndole, pues no se lo esperaba-. Tengo que irme.

Adentrarse en una plantación de algas era peligroso, pues su extensión era muy grande y podías perderte durante horas o días hasta que consiguieras salir. Eso si no eras atrapada por los Grindylows que intentarían arrastrarte al fondo. Situación que sufría Fleur Delacour.

La campeona de Beauxbatons no consiguió librarse de aquellos pequeños demonios antes de que la arrastraran al fondo del lago y perdiera el conocimiento. Por suerte no la matarían, pues fueron puestos allí para la prueba del Torneo de los Tres Magos y cuando Reena llegó la guiaron hasta donde estaba.