El chico miraba las oscuras aguas distraído. No sabía qué hora era, ni quería saberlo. Durante aquel tiempo varias sirenas pasaron por allí deteniéndose a mirar al rubio que miraba absorto por aquella extraña ventana, hasta que ante sus ojos apareció una sirena, la más hermosa que vio nunca. Su largo cabello negro ondulaba a su alrededor con el movimiento del agua, mientras que sus ojos de un azul tan claro como el cielo le miraban con una sonrisa en sus labios.
Draco vio cómo se acercaba al cristal y abría la boca, ¿iba a hablar? , pero había un cristal, no podría oír lo que decía.
-Mago-la voz de la sirena se escuchó perfectamente, como si ella no estuviera en el lago, ni él en el castillo- Mis sirenas me dijeron que has intimado con una de las nuestras- Draco la miró con la boca abierta no por el significado de sus palabras, que sí que le sorprendieron, sino por lo que estaba pasando. Hablar con una sirena era lo más raro que recordaba, y eso que conocía a Reena desde que tenía memoria.
- ¿Cómo puedo oírte? - preguntó todavía sin salir del shock inicial.
-Este cristal fue hechizado para que nos podamos comunicar con quién esté en la sala- ella sonrió ante la pregunta del mago-. Su antepasada lo hizo para poder estar cerca de nosotras.
-Espera un momento...has dicho que Reena es una de vosotras- la sirena asintió con una dulce sonrisa-. Pero ella es maga- Draco comprendía que no era raro el cruce de magos con algunas especies mágicas, y desde pequeña Reena siempre le dijo que ella era en parte sirena, pero lo cierto es que nunca lo creyó.
-Por sus venas corre nuestra sangre- el sonido de su voz era tan musical, que con cada palabra de la criatura, Draco se sorprendía y sentía un escalofrío-. Por mínima que sea es una de las nuestras- varias sirenas se acercaron curiosas a observar-. Su familia es mi nuestra familia. No lo olvides nunca- Draco continuaba confuso con aquella extraña conversación-. Cuida de ella, pues su corazón es frágil- dicho aquello se alejó dejando a Draco confuso sin creer lo que acaba de vivir.
No podía dejar de mirarle mientras dormía plácidamente. No era la primera vez que dormían juntos, pero aquella mañana era especial, pues el cuerpo del chico estaba tapado con una fina sábana de cintura para abajo, mientras que su torso esculpido quedaba al descubierto mostrando su piel blanca como la nieve.
Con una sonrisa pintada en el rostro acarició los platinos cabellos sedosos de Draco. Parecía mentira, pero desde que se conocían no tuvo muchas oportunidades de hacer algo tan mundano como tocarle el pelo, sobre todo, porque Draco se molestaba mucho si lo hacía.
Todavía con su sonrisa dibujada en el rostro se recostó en el pecho del chico dispuesta a esperar hasta que despertara, aunque ya estaba amaneciendo y, estarían en un gran problema si tenían que volver a sus dormitorios con la ropa de la fiesta cuando ya estuvieran todos despiertos.
Con delicadeza pasó sus dedos por el pecho de Draco haciéndole cosquillas. No solía tener buen despertar, pero debían volver antes de que fuera más tarde.
-Draco- depositó un beso en el estómago del chico-. Tenemos que volver a nuestras habitaciones- los brazos de Draco la atraparon y la atrajeron hacia arriba-. Despierta- depositó otro beso en los labios del mago, los cuales se curvaron al sentir su contacto.
-Todavía es de noche- la abrazó más para impedir que se moviera-. Duerme un rato más. A no ser que quieras repetir otra vez- sus grisáceos ojos la miraron todavía con sueño-. Estoy dispuesto a despertarme si es por eso- ella se rio algo sonrojada por la insinuación.
-Está amaneciendo- se intentó librar de su abrazo-. Tenemos que volver antes de que nos vean.
-No puedes saber que hora es- se quejó el rubio.
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La Cazadora de Serpientes (Draco Malfoy)
FanfictionDraco Malfoy es conocido por pertenecer a una de las familias más poderosas entre los magos, pero todo cambia cuando su amiga de la infancia se convierte en algo más y todo su mundo da un giro de 180º Descubre la historia de Draco y Reena y el resto...