el comienzo

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edad 9 años...

nuestro maestro esta parado ahí en frente mientras nosotros lo escuchamos con atención... bueno, algo así, soy Marissa pero todos me llaman Mousy porque soy pequeña de estatura y trago los libros cual ratoncito de biblioteca, por eso el nombre, tengo 9 años y una vida relativamente normal, padres separados, una que otra amiga, cero compatibilidad con los hombres y cierta obsesión por los finales felices, pero que se puede esperar de una niña de nueve años?, como sea, ésta es nuestra última clase de artes marciales debido a que nuestro maestro tuvo ciertos problemas con nuestro querido director, para ser mas claros, no se quieren volver a ver, algunos se irán con el, sin embargo otros como yo se quedarán en la escuela y como sé que no entienden lo voy a explicar...

muchos de nosotros estudiamos en una escuela para niños mimados donde nos enseñan a no ser nada mas que máquinas para conseguir un futuro de película, en ésta escuela no nos enseñan valores morales y nuestro lema es "aplastas o te aplastan" así que o te unes o te largas, a excepción de mi... soy muy conocida como la busca problemas que se saca buenas notas y es la favorita de muchos profesores, sin embargo cuestiono a la autoridad y detesto las ordenes así que se podría decir que estoy en medio. En esta escuela hay clases de defensa personal como electivo donde entrenamos artes marciales y nos enseñan los valores morales que la escuela no nos da, como sea al director no le gustó eso y nuestro maestro terminó renunciando.

como sea esta es nuestra última clase y es el adiós, todos nos abrazamos por última vez antes de tomar caminos separados, solo espero que algún día se junten de nuevo

6 años después...

-Mousy tienes 3 segundos para abrir tu libro de matemáticas y ponerte a hacer ejercicios.- y eso mis amigos fue la suave y dulce voz mi madre que se puede escuchar hasta Australia

-ya lo hice, sabes que odio las matemáticas no voy a estudiar más de lo que necesito.- escucho los pasos de mi madre subir las escaleras y yo me preparo con lo primero que encuentro en caso de que algo salga mal.- te he dicho lo mucho que te quiero mami?.- digo con la sonrisa más inocente que puedo al ver el rostro fruncido de mi mamá y sus manos en la espalda, antes de que me de cuenta siento toda mi ropa mojada y mi cabello goteando, cuando veo a mamá noto que tiene un vaso vacío en su mano y cambió su ceño fruncido por una expresión burlona.- pero que mierda?

-que piensas ahora de las matemáticas?

-si quieres puedes mojarme con la manguera pero seguiré odiando las matemáticas

-como sea, igual fue divertido, ahora estudia...por cierto, tu almohada de corazón no es la mejor arma para defenderte.- dice ésta antes de bajar las escaleras

de mala gana abro mi libro y me pongo a hacer los malditos ejercicios, antes de que me de cuenta empiezo a cerrar los ojos y a soñar con un hermoso mundo en donde la "x" y la "y" pueden encontrarse sin mi ayuda, de la nada siento mi teléfono sonar y abro mis ojos rápidamente, al ver de quién se trata me doy cuenta de que es Leah y contesto con voz ronca

-que pasa Leah?

-wow voz ronca, o estabas durmiendo o te interrumpí en medio del juego de la familia

-claro Leah, la chica virgen esta jugando a la familia.- digo con sarcasmo antes de refregarme los ojos

-vale la pena soñar

-como sea, que tal la nueva escuela?

-mucho mejor que la fabrica de máquinas de tu dictador linda

-gracias por aclararme lo obvio, a que debo la llamada?

-pues te quería decir que he vuelto a las clases de artes marciales a las que íbamos cuando éramos niñas

-en serio?, creí que se habían acabado

enamorada de un punta negra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora