Día de consuelo.

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Hoy no pensaba ir a clases de taekwondo, no quiero encontrarme con ese mal nacido.-me decía a mi misma mientras apagaba la alarma de mi celular.
Sin embargo, en cuanto la apago, mi teléfono vuelve a sonar, pero esta vez debido a una llamada, al mirar el nombre de mi mejor amiga (junto con la foto de ella entre rejas el día en que se fue detenida por casi matar a un payaso en la calle estando borracha) atiendo con la voz más amigable que puedo.

-Hola?

-Perra de las mil putas que te parieron y te volvieron a meter al útero por imbécil, se puede saber dónde tenías el puto teléfono? Te he llamado toda de puta mañana y no me contestas hasta ahora que son las...10:00 am.

-Ah, Lizzy.-digo tratando de simular un poco mi desgano.- lo siento, es que ayer fue un día muy agotador y cuando llegué anoche solo pensaba en dormir.

Y...en el bastardo de Lucas.

-No me parece a mi, en fin, te iba a contar como estuvo la noche con Jus...

-Puaj, no gracias, no quiero saber como cogieron.

-... Mousy... suenas rara, te pasó algo.-  por qué  mi mejor amiga es tan imbécil en algunos casos y tan inteligente en otros?

-Ejem, no, para nada Liz, sólo estoy cansada.

-Ajá y por eso no fuiste a clases de taekwondo hoy.

-Así es.

-... bueno, como digas, en fin, tengo que irme, Justin y yo planeamos una ducha muy román...

-Vale, no digas más, adiós Liz.

Corto la llamada y suspiro, estoy muy contenta de que ella sea tan feliz con Justin, pero para ser muy sincera, no estoy de ánimo como para escuchar a mi mejor amiga hablar sobre su noche de pasión.

Dejo el teléfono encima de mi cama y camino hacia el baño, ni siquiera me molesto en mirar mi reflejo, solo abro la llave del lavabo y sumerjo mi cara en agua.

Posteriormente me seco la cara con la toalla y bajo las escaleras en estado zombie, llego a la cocina, lo primero que veo al entrar es un papel adhesivo pegado en la puerta en la nevera, lo tomo y lo leo:

*Mija salí por una urgencia de trabajo, ese tarado de mi jefe no puede ni atarse las agujetas por si solo, con amor.
           Mamá
Pd: te dejé brownies recién hechos en el horno, juro que esta vez no se me quemaron*
        
Dejo la nota en la mesa y abro la nevera por algo de comida,  decidida a comer toda la grasa posible, saco una leche sabor capuchino y una lata de crema batida, dejo todo en la mesa y voy al horno, al abrirlo me impresiona no sentir olor a brownie carbonizado por lo que saco la bandeja y corto un pedazo gigante.

Llevo todo le necesario para alimentarme directo a la mesa y me siento, y como nunca es suficiente grasa, saco de uno de los estantes un paquete de galletas con chips de chocolate.

Me siento y lo primero que tomo es el tarro de crema batida y vierto una mitad en el brownie y la otra mitad en mi boca.

Todo mi trabajo tratando de cuidar mi figura para terminar comiendome un tarro de crema batida en menos de 20 segundos.

Abro el paquete de galletas y me meto 3 a la boca de una sola vez, tomo un sorbo de leche directo de la caja y aunque las gotas manchan mi pijama ni siquiera me importa.

Lo sé, soy un desastre.

Cuando estoy a punto de devorarme mi delicioso brownie, escucho el timbre de mi casa sonar deseperadamente.

Mi corazón comienza a latir furioso.

Será Lucas?

NO, no pienses en el tarada, si llegase a aparecer en tu casa, juro por lo que más quieras que como conciencia voy a poseer tu cuerpo y le voy a patear el culo hasta que vea estrellitas por una semana.

enamorada de un punta negra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora