Viaje en autobús

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Lo miro a los ojos, directamente, con el corazón en la mano, no puedo creer que esté pasando esto de nuevo, hace menos de 5 horas que nos reconciliamos, esta relación es enfermiza, es una relación bipolar basada en la pasión, el enojo y los juegos, ya no puedo lidiar con esto, vamos a salir perjudicados ambos, pero lo más terrible es que este es un circulo vicioso del cual jamás saldré, porque caigo como estúpida cada vez que me dice cosas lindas, cada vez que me toca, cada vez que siento su presencia.

Sin decir nada y tragándome todo lo que tengo para decir doy media vuelta y camino directo a la puerta, Lucas ni siquiera se molesta en detenerme, lo cual en el fondo me duele mucho ya que tenía la esperanza de que me detuviera diciéndome que todo era una maldita broma antes de empujarme hacia el y besarme apasionadamente como lo había hecho hace pocos minutos atrás. Pero no pasó, lo único que podía hacer era sentir su respiración pausada, como si estuviese ansioso de que me fuera.

Tomo el pomo de la puerta y la abro, antes de salir giro un poco mi cabeza lo suficiente como para verlo de reojo, noto que tiene la cabeza gacha, mirando el suelo y digo:

-Si me trajiste aquí para esto, puedo decirte que eres muy original para cortar con las chicas.

-Cortar? Marissa, para cortar antes tendríamos que haber estado en una relación y nosotros nunca estuvimos juntos, solo fueron momentos de calentura.- con toda la rabia hirviendo en mi estómago cierro la puerta, lo que provoca un estridente ruido, me doy vuelta y lo encaro, el me mira fijamente, pero esta vez sus ojos permanecen impávidos, fríos y calculadores.

-Sabes una cosa idiota?, eres el imbécil mas bipolar e insensible del puto universo, primero te quieres acostar conmigo, luego me dices que te confundo, después me confundes a mi, me ignoras, después me dices que me quieres y ahora que quieres cortar todo, de verdad que ya no te soporto más, no sé qué trauma tuviste en tu infancia, pero déjame decirte que eres el idiota más perturbado que he conocido.- me doy la vuelta dispuesta a marcharme, sin embargo antes de abrir la puerta y salir, esta se cierra brutalmente a pocos centímetros de mi nariz.

Al mirar un poco más arriba de mi cabeza puedo distinguir la mano de Lucas haciendo presión en ella, tomo el pomo e intento abrir la puerta con todas mis fuerzas, pero la presión que el muy imbécil ejerce en ella provoca que sea imposible abrirla. 

-Lucas.- digo con la voz más fría y seria que pudo haber salido de mi boca.- Déjame abrir la puerta.

-No.- me contesta seco antes de pegar todo su cuerpo a mi espalda.

-Estoy hablando muy en serio, déjame salir para no tener que volver a hablarte nunca más en tu puta vida.

-Date la vuelta.-me dice ignorando monumentalmente mi advertencia anterior.-No te lo voy a ordenar dos veces.

Ordenar? pero quién se cree que es este pedazo de escoria machista? ordenarme...a mi?

Golpeo al muy hijo de puta con el codo logrando que retroceda lo suficiente como para darme vuelta y no tenerlo a centímetros de mi cara. Finalmente pongo mis brazos como barreras de protección con el fin de que no invada mi espacio personal.

-Mira pedazo de mierda, de verdad que estoy perdiendo la poca paciencia que tengo...-Lucas me tapa la boca y se acerca a mi sin importar las barreras que puse.

-Shhh, esa boquita, te vez mas bonita callada.-

Yo lo mato

Intento morder su mano, pero esta tan apretada en mis labios que ni siquiera puedo abrir mi boca.

-Ahora...como era eso de que soy un perturbado y un bipolar?

Intento hablar pero su mano continúa en mi boca por lo que solo me limito a poner los ojo en blanco.

enamorada de un punta negra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora