Capitulo 3.

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Draco jamás le había contado a nadie todo lo que despertaba en él Hermione Granger, y Luna lo había descubierto incluso mucho antes de la mañana en que le habló. Gracias a eso, habían creado una fuerte amistad. Ella se convirtió en su confidente. Confiaba en ella más que en su madre. Luna le había demostrado que era una persona de fiar. Lo escuchaba con paciencia, atenta a cada palabra y lo aconsejaba en lo que podía. Todo lo que Draco solía odiar de Luna, ahora lo admiraba. Ella era, sin duda alguna, la mejor amiga que tenía. A pesar de que solo habían pasado dos meses desde la mañana en que Luna le habló, él sentía que ella lo conocía mejor que nadie.

Blaise, Theo, Draco y Luna estaban frente al lago. Luego de clase de adivinación tenían una hora de descanso. Blaise estaba sentado en el suelo, mientras que los demás apoyaban su espalda contra el tronco de un árbol.

— ¿Por qué odian a los gryffindors? —soltó Luna.

Los tres se giraron a mirarla.

—Bueno... —dijo Blaise—. Todo empezó cuando Salazar Slytherin y Godric Gryffindor rompieron su amistad, y así comenzó la eterna rivalidad.

—Creo que se refiere a nuestra rivalidad con San Potter, Blas. —comentó Draco.

—Oh, esa rivalidad...

—Explícale tú, Draquin. —dijo Theo.

—Bueno, no es que los odiemos... —los otros chicos miraron a Draco de manera severa. Luna largó una pequeña risita ante esto—. Bueno, sí lo hacemos. Supongo que más allá de la rivalidad de ambas casas, mi enemistad con San Potter y sus sanguijuelas es porque simplemente ellos nos juzgaron por solo ser slytherins. —confesó el rubio.

—Sin embargo, tampoco les diste razones para no odiarte. Y no son sanguijuelas, Draco. —respondió Luna.

— ¿Por qué habría de mostrarles que no soy cómo creen? —dijo. La pregunta de Luna lo había fastidiado, y volvió a adoptar su típica indiferencia—. Somos bandos distintos. Ellos son los buenos, los héroes del mundo mágico que se sacrifican por una buena causa, y nosotros somos la escoria, los malditos, los cobardes que huyen o los asesinos.

Blaise y Theodore asintieron. A Luna le dolió que Draco, su mejor amigo, se ponga así, indiferente, para con ella.

— ¿Recuerdas cuando llegamos al colegio por primera vez? Tú lo saludaste y le dijiste que podía ser tu amigo. —recordó Blaise.

—Y el idiota dijo: "Ya he elegido el lado correcto, Malfoy"—utilizó una voz de burla para decir eso—. Y se fue mirando a la comadreja como un tonto enamorado. —agregó Theo. Los tres rieron.

—No quiero que se odien. Tampoco creo que ustedes sean malos... —dijo Luna.

— ¿Por qué nos preguntas? —cuestionó Blas.

— ¿Recuerdan el partido de quidditch? —ellos asintieron— luego de eso fuimos a Hogsmeade y él... ha estado enojado conmigo porque se enteró que soy amiga de ustedes. Dice... dice que me están usando. —confesó al fin.

— ¡¿QUÉ?! —gritó Nott, intentó levantarse pero Luna colocó la mano sobre su brazo, mirándolo severamente, y ante el tacto se calmó notablemente, volviéndose a sentar. Blaise y Draco se miraron, a punto de reír. Era una locura, para ellos, lo que Luna causaba en Theodore.

—Ni se les ocurra reirs —y las carcajadas de sus amigos le impidieron terminar la oración.

Pansy y Astoria venían caminando por entre los árboles, oyendo a sus amigos reír.

— ¿Qué es tan gracioso? —preguntó Pansy al llegar. Se ubicó junto a Luna.

—La cara de Theodore es lo que produce nuestras risas. —respondió Blaise.

—No los escuches —dijo Nott—. Luna nos estaba contando que el idiota de San Potter se ha enojado con ella porque es amiga nuestra.

— ¿Eso es verdad? —cuestionó mirando a Luna, quien asintió—. Para ser el-gran-niño-que-vivió es bastante imbécil. —dijo con sarcasmo.

—Luna, no debes darle importancia. Nosotros somos tus amigos, aunque le guste o no. —acotó Astoria.

Draco no podía ni siquiera oírla. La detestaba. Daphne le decía constantemente que se tomara el tiempo de conocerla, pero él no podía, ni quería. Astoria, era para él, un recordatorio de lo miserable que era su vida. Centro su mirada en el lago, intentando que sus pensamientos viajen a otro lado.

— ¿Han oído lo que Parvatil dijo? Creen que Viktor Krumm quiere venir a visitar a Granger, porque no parado de escribirle desde el año pasado. —dijo Astoria, intentando cambiar de tema porque podía notar que Luna sentía mal.

—No sabía que eras una chismosa, Astoria. —espetó Draco, frío e indiferente. Se había puesto furioso al enterarse lo del cara-rajada y el comentario de Astoria terminó de rematar su malhumor. Se levantó y tomó rumbo hacia el castillo, alejándose de sus amigos.

—Yo... yo... sólo. —quiso articular la muchacha, las lágrimas amenazaron con salir.

—Déjalo, Tori, algún día se le pasara. —dijo Blaise, pasando un brazo sobre los hombros de su amiga.

—Cuentame, Luna, ¿tu padre sigue en El Quisquilloso? —preguntó Pansy, cambiando el tema.

—Oh sí, puedo darte las ediciones de esta semana si deseas. —dijo.

— ¡Estaría encantada!


Harry le había contado a Hermione lo ocurrido con Luna, y la amistad de esta con los slytherins.

— ¿Luna amiga de Malfoy? —dijo con sorpresa, abriendo los ojos. Harry asintió—. Bueno, claramente no me lo esperaba. Ella debe creer en él, Harry. Luna no es tonta. No dejaría que ellos la utilizaran.

Aquellas palabras hicieron reaccionar a Harry, que decidió no meterse en las amistades de Luna. Al fin y al cabo, ella era capaz de decidir por sí misma y si esa era su decisión, él la aceptaría, a pesar de que no fuera de su agrado. Aun así, vigilaría a las serpientes porque, puede que Luna confiara en ellas, pero él no.



Amistades peligrosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora