Extra: Pansy y su misterioso novio.

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— ¿Saben? Me gustaría presentarles a mi novio. —habló Pansy.

Estaban todos reunidos en un café muggle.

— ¿QUÉ? ¿Él esta acá? —preguntó Draco— Necesito hablar con ese imbécil y explicarle ciertas cosas. Nadie volverá a dejar sola a mi sobrina, y mucho menos a ti. —dijo, serio. Pansy se enterneció y lo abrazó. Para Draco, ella era una hermana, y no permitiría que nadie volviera a lastimarla como ese idiota muggle.

Blaise asentía a todo lo que Draco decía, muy serio. Sus esposas se miraron y rieron, porque en realidad estaban intentando ser serios, sentándose rectos y con las manos en sus costados, los puños cerrados, queriendo verse severos.

—Bueno... —dijo Pansy— Él está allí.

La morocha guio su mirada hacia atrás de sus amigos, y cuando estos se dieron vuelta casi se desmayan: el novio de Pansy era nada más y nada menos que George Weasley.

— ¿ÉL? —dijo Blaise, muy sorprendido. Draco tenía la boca abierta.

Nadie podría creer que Pansy estuviera saliendo con George Weasley, porque vamos, era un Weasley.

—Te podrían entrar moscas. —le dijo George a Draco, sentándose junto a su novia y frente a los ex-slytherins.

—Gusto de verte, George. —le dijo Astoria, sonriendo. Lo veía a menudo cuando se dirigía al Callejón Diagon con Granger, para hablar sobre sus proyectos con P.E.D.D.O. Sí, Astoria trabajaba con Hermione.

—Igualmente, Astoria. —le respondió, asintiendo— Señora, un gusto conocerla. —dijo dirigiéndose a la esposa de Blaise, ella respondió lo mismo.

—Tú, ven. —espetó Blaise, parándose junto a Draco.

—Sus maridos me reclaman. —le dijo a las mujeres de la mesa. Pansy rió.

Los tres se dirigieron a los baños de hombres.

—Oigan, no sé qué es lo que planean hacerme, pero al menos ¿tienen protección? —dijo, serio. Los otros dos lo miraron sorprendidos, hasta que él se empezó a reír y comprendieron que no lo decía enserio.

—Bueno, vamos a hablar seriamente. —soltó Draco. Estaba parado con las manos en sus bolsillos, y a su lado, Blaise movía su pie de modo que hacía un ruido constante con el piso, y mantenía sus manos en sus caderas.

—Parecen dos detectives. Relajen el raje. —les respondió George, riendo.

—Estamos hablando enserio, Weasley.—respondió Draco.

— ¿Cómo demonios haces para mantener tu pelo tan suave? —soltó Blaise. Su amigo lo miro, irritado.

— ¿Enserio, Blas? Quiero mantener una conversación seria. —le dijo el rubio, tomándolo por los hombros.

—Es el gen Weasley, no todos pueden tenerlo, lo siento. —respondió George.

— ¡Por Merlín! ¡Ya paren! —gritó Draco. Un hombre que estaba en los lavabos lo miro, sorprendido.

— ¿La amas? —preguntó directamente Draco, apuntándolo con el dedo.

—Eso, lo que el rubio dijo. —Blaise también lo apuntó. Se ganó una mirada represiva de Draco, por llamarlo "rubio".

—Relajen el raje —les respondió George, bajando sus dedos con sus manos—. Por supuesto que la amo, ¿creen que estaría teniendo esta charla con ustedes si no fuera así?

Blaise suspiró.

—Listo, ya dijo que la ama, volvamos antes de que se enfríe mi café. —tomó a George por el hombro, y comenzaron a caminar hacia la puerta.

— ¿QUÉ? No, no, no. Ustedes dos se quedan acá. —Draco los tomó a ambos por los hombros y los hizo retroceder.

— ¿Conoces a Anne? —preguntó. George asintió—. Bueno, ella es una niña maravillosa. Ha sufrido mucho la ausencia de un padre, y nosotros intentamos hacer lo mejor que podemos para que nos vea como su figura paterna. Mira, si tú haces sufrir a Pansy, podría matarte, pero si haces sufrir a Anne, definitivamente te podría matar, y luego revivirte para volver a matarte ¿de acuerdo?

Blaise y George lo miraban con los ojos bien abiertos.

—Mira, Malfoy, sé que Pansy ha sufrido mucho. Sé que ser madre soltera ha sido difícil para ella, y cuando la conocí, me dije a mi mismo que no sólo tendría una novia, sino también una hija. Pretendo casarme con ella, y tener más hijos, quizá unos siete u ocho —Blaise abrió la boca, sorprendido por la cantidad de hijos que Weasley quería tener— Así que, créeme cuando te digo que no las dejaré, ni decepcionaré nunca.

Draco le tendió la mano, aceptándolo como novio de su mejor amiga, de su hermana del alma.

— ¡Que viva el amor! —gritó Blaise. Y los demás hombres del baño lo miraron— Sigan en sus asuntos. —les dijo el moreno.

Cuando los tres hombres regresaron a la mesa, los cafés ya se habían enfriado.

— ¡Te lo dije, Draco! Me debes un café.

—Ya, ya, deja de llorar, Blaise. —respondió el aludido.

— ¿Qué te dijeron? —le susurró Pansy a su novio.

—Que me mataran. —contestó George, igual de bajo que ella, y levantado las cejas.

— ¿Y tú que les dijiste? —cuestionó de nuevo Pansy.

—Que moriría por ti. —dicho esto, George le dio un beso, y aunque los demás no habían escuchado la pequeña conversación de los flamantes novios, al verlos besarse todos aplaudieron, festejando el amor.


Amistades peligrosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora