En busca de la verdad.

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—Ross, pienso que eres realmente confuso —dije suspirando.

—No eres la única que lo cree, así que no me sorprende en lo absoluto —respondió Ross restándole importancia al asunto—. ¿Esperarás a mamá aquí?

—Sí. ¿Acaso te molestó?

—Da igual, aprendí a vivir con lo que me molesta hace mucho. Supongo que puedes divertirte sola, si así lo deseas.

Sin hacerle caso a su odioso comentario, me senté en el comedor y encendí la televisión. Puse las noticias y me quede sola, podía escuchar que él estaba escribiendo algo en su habitación, hablaba en serio al decir que me dejaría sola, pero no le di importancia. De todas formas, conozco el dicho: "Mejor sola que mal acompañada".

—...—

Después de quince minutos, Stormie llegó y se sorprendió al verme ahí sentada. Yo la ayudé con las compras, y después las dos nos sentamos juntas en la mesa del comedor...

—Siento haberte hecho esperar cariño, pero no sabía que vendrías —dijo Stormie.

—No importa, la que se disculpa soy yo, no debí venir sin avisar.

—Sabes que siempre serás bienvenida, considera esta tu segunda casa —dijo Stormie tomando mi mano.

—Muchas gracias, lo aprecio sinceramente.

—Bueno linda, ¿por qué viniste? ¿de qué querías hablar conmigo? —preguntó Stormie.

—Es que estuve revisando el cuaderno que me regalaste el otro día, y encontré algo que creo puede ser importante en el caso de Riker.

—¿En serio? —pude sentir la ansiedad en el tono de voz de Stormie, y eso me hizo sentir mal—. Dime, por favor.

—Mire esto...

Le extendí el cuaderno a Stormie, abierto en la hoja que me llamó la atención.

Stormie lo tomó y comenzó a leer. Supe cuando acabo porque sus ojos se abrieron de par en par, como dos platos, se veía sorprendida y... Confundida, cómo yo, cuando lo leí.

—Hiciste bien en venir aquí a mostrarme esto —fue lo único que pudo decir después de leer aquello.

—¿Qué piensas hacer? —pregunté con algo de temor, y una ansiedad contenida, mi corazón palpitaba con rapidez, debido a la ansiedad presente.

—Iré a hablar con él, enseguida. Puedes quedarte aquí, si así lo deseas.

Stormie se levantó, tomó un abrigo, las llaves —supongo que de su auto—, y así como llegó... Se fue. Dejándome sola nuevamente en esa casa, no me quedaría sola con Ross, que no es nada tierno como su dulce y pobre madre. Espero que las cosas salgan bien, y que el tío Lynch no sea ningún psicópata y mucho menos algún pedofilo.

—...—

Había salido de la casa precipitada. Laura me mostró el diario de Riker. Riker de pequeño usaba un diario porque siempre le gustó mucho escribir, aprendió de pequeño a expresar lo que sentía por medio de ese cuaderno, yo nunca me atreví a leerlo, porque fui siempre una madre respetuosa, y por eso se lo dí a Laura. Pero nunca pensé que Laura lo leería, y menos que... Riker hubiese escrito algo así sobre su tío.

Entré a la iglesia y ahí estaba Germán, mi hermano...

—¿Stormie? Querida, hace mucho que no vienes a verme —parecía sorprendido.

—Quisiera decir que estoy feliz de verte, pero vine porque encontré algo que necesito me aclares.

—¿En serio? Porque hace mucho tiempo no hablamos, pensé que por lo menos querrías saber...

—¡Germán! —grité cortando de golpe lo que sea que quería decir—. Quiero que me expliques esto.

Puse el cuaderno en sus manos, él lo leyó y para mi sorpresa, no se veía nervioso.

—¿Por qué te ves tan relajado? —pregunté enojada—, Es imposible que estés relajado.

—Stormie, me sorprendes —me miró fijamente—. Riker siempre fue un niño bueno y muy curioso...

—¿Y cuáles fueron esas nuevas experiencias? ¿A dónde lo llevó su curiosidad? Quiero saber... ¡¿Qué le hiciste a mi niño? —exigí, gritando.

—Yo siempre quise mucho a Riker y eso te consta —respondió—. Querida, ese día le hable de mi profesión y lo lleve de paseo a conocer una iglesia enorme, él estaba maravillado y me preguntaba más y más sobre el Señor, los Ángeles y otras cosas, le expliqué de todo un poco y le dije que ayudando a las personas, estaba más cerca del cielo, porque Dios recibía en su sagrado Reino a aquellos de corazón puro.

La respiración volvió.

Recordé cuando Riker tenía siete años y jugaba a ser un cura para seguir a su tío favorito, recordé cuando quería que Ross se confesara, y Ross se enojaba tanto que empezaba a gritar y a maldecir, Riker se descontrolaba y quería golpearlo, pero en vez de eso le ponía un calcetín en la boca, y empezaban a discutir... Mis pequeños.

—Lo siento Germán, pero debes entender que con todo esto, estoy realmente confundida y desesperada.

—Te entiendo cariño, pero no debes desconfíar de todo el mundo, sabes que yo nunca dañaría al pequeño Riker, mi sobrino favorito. ¿Quieres un abrazo?

—Claro que sí...

—Ven aquí, pequeña.

Germán y yo nos abrazamos como cuando éramos niños y él acarició mi espalda, mientras yo no podía evitar llorar como si fuese una niña.

—...—

Me encontraba en la Universidad, en el recreo y la verdad es que mientras Raini me hablaba yo no podía dejar de pensar en Ross. ¿Por qué en Ross? Pues...

Su actitud es tan rara. A veces es dulce, a veces es insoportable, y a veces parece el malo de la película.

¿Sería posible acaro que él sea el malo? ¿Acaso sufre de bipolaridad? Nada tiene sentido.

Como soy una loca apasionada por la lectura, sé que en los libros el asesino siempre es la persona MENOS esperada. ¿Acaso Ross sería capaz de matar a Riker? Pero... Si ese fuese el caso... ¿Por qué lo haría? Podría ser... ¿Celos? Quizás Riker era el hijo más querido, y Ross no podía tolerar eso, o tal vez... Riker tenía mejores cosas, y Ross tampoco podía tolerar eso... Son tantas opciones...

—¡LAURA! —gritó Raini y mi cuaderno casi cae al suelo, ese grito me asustó—. Quiero que seas sincera conmigo, durante éstos días te has comportado de un modo realmente extraño, y eso me preocupa... ¿En qué estás metida? —preguntó mirándome fijamente.

—Raini... Esto es difícil de...

—No me importa —dijo interrumpiéndome—, Yo sólo quiero la verdad, eres mi mejor amiga y si quieres que sea sincera contigo, te diré que me preocupas demasiado, quiero poder ayudarte, para eso están las mejores amigas... Puedes confíar en mí.

¡Hola! Siento mucho no haber actualizado la novela antes, pero bueno, ya saben cómo es la vida. Ahora acabo de discutir con mi mamá y me dijo unas cosas hirientes, que ni sé como no se disculpa. Pero bueno... Ross sigue siendo odioso con Laura, pero Laura simplemente le mostró evidencia a Stormie, menos mal que Germán no fue... Y sí, se trata de Germán Garmendia, jaja, es uno de mis amores platónicos y se me ocurrió agregarlo en la novela... Bueno... Intentaré seguir lo antes posible, ¡Mil gracias por el apoyo!


Confusiones y peligros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora