Confusiones y peligros.

Analizando.

Me había ido a casa, a descansar, o al menos, a intentar descansar.

La verdad es que Ross me había dejado un montón de dudas, que tendría que resolver sola. Pero... me sentía intrigada por muchas cosas. Como:

—Ross parecía frío y distante. Él siempre ha sido así, pero está vez, fue como si mi presencia lo dañara. ¿Por qué? ¿creerá que yo tuve algo que ver con la muerte de Riker?

—Ross... no presentaba ojos rojos, no tenía la voz cortada, no fue nada difícil hablar de Riker para él. Pero... ¿por qué? ¿acaso él sabía lo que pasaría?

Es como si... como si no lo extrañara.

Lo que más me molestó y me hizo sentir insegura frente a él fue:

—"Nunca conociste bien a Riker. Sólo salías con él, eso no significa que lo conozcas bien, mucho menos que sepas todo acerca de él".

Eso último me desconcertó tanto.

¿Acaso Riker me había escondido algo durante todos éstos años?

Entonces... recordé algo...

Flashback.

—¿Riker a dónde vas? ¿qué buscas? —pregunté desconcertada.

—¡No es nada! —respondió gritando, eso me desconcertó —Lo siento —se rascó la nuca —Sólo mi... ¡celular! —dijo tomando un celular con sus manos, pero cayó al piso. Ambos nos agachamos y nos dimos un cabezazo sin querer. Yo me reí, pero él no, parecía serio. Tome el celular entre mis manos, lo vi, y no era el suyo.

—¿De dónde salió este celular? —pregunté observándolo, era demasiado básico, comparado con el iPhone de Riker, eso me llamó la atención.

—Se lo estoy cuidando a Ross —respondió. Yo suspire.

—Tú hermano es un poco raro —dije entre risas— ¿Un celular así? Parece un ladrillo.

—Lo sé, pero a él le gusta —dijo levantándose y besando mi nariz —Debo ir a hablar con él y con mamá. Nos veremos pronto —dijo despidiéndose, dejándome sola en su habitación. Yo estaba con él porque la casa estaba sola, él me había invitado. Ese día comimos, conversamos y bebimos un poco, pero después... se desesperó por un celular, y la verdad, nunca he desconfiado de él, pero ¿y si el celular no era realmente de Ross?

Fin del Flashback.

Después de ese recuerdo me arreglé, vi a mi mamá que me miraba con una sonrisa de oreja a oreja.

—Laura, que bueno que estés mejor —sonrió y besó mi frente, con mucho afecto —¿Lista para volver a la Universidad, tesoro? 

—Sí mamá. Me hizo bien hablar con Ross anoche —mentí. No quería preocupar a mi madre con mis conclusiones, pero ya había tomado una decisión. Y no era precisamente ir a la Universidad hoy. Pero ¡vamos! ¿quién no le ha mentido a su madre alguna vez? Además... es mi primer año de Universidad, apenas tengo 19. Creo que puedo mentir una vez y no ser descubierta.

—Me alegro mucho. ¡Qué tengas un buen día! —dijo saliendo de mi habitación.

—Eso espero —suspiré— Eso espero... —repetí para darme ánimos a mí misma.

Salí de mi casa y me subí a mi auto.

Sí, tenía un auto, era de color rojo (mi color favorito)  y un modelo muy bueno. No sé de autos, pero había sido un regalo de mi madre. Cuando cumplí mis 19. ¡Era una madre muy buena!

Tomé mi celular y llamé a Raini:

—Raini, por favor, si mi mamá te llama, dile que si fui a la Universidad —dije apenas escuché su "Laura" de respuesta.

—Entendido. ¿Qué planes? —preguntó con voz tranquila.

—Después hablaremos —dije cortando, y encendiendo el motor.