Una visita inesperada.

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—¿Acaso ese es el modo de recibir a tú padre? —preguntó Mark, al ver a su hijo de ese modo. Realmente se sorprendió, pero siguió utilizando su autoridad como padre para poder hablar.

—¡No eres mi padre! —Ross se corrió mientras Mark entraba en la casa —Dejaste de ser mi padre el día que te fuiste por la muerte de tú hijo mayor —Ross corrió a la puerta, pero antes de salir simplemente gritó: —¡Tú eres un simple cobarde! —y después todos pudimos sentir el portazo que Ross dio.

El ambiente se encontraba completamente tenso, nadie se movía, nadie hablaba. Rydel mordía su cabello, Stormie estaba como una piedra mirando a su esposo, Mark simplemente jugaba con sus manos, nervioso. Y yo... yo simplemente observaba a todos, analizando sus movimientos.

—Stormie, muchas gracias por el desayuno —dije rompiendo el silencio —Pero creo que iré a buscar mis cosas para poder irme.

—Claro, entiendo que tú madre debe estar preocupada —respondió ella asintiendo —Vuelve cuando quieras.

—Muchas gracias —sonreí.

—Yo iré a tomar una ducha —dijo Rydel, caminando hacia el pasillo, junto a mí. Dejaríamos a los adultos solos.

—¿Qué tal te fue? —pregunté cuando estábamos en el pasillo.

—Supongo que bien —suspiro —Ahora todo dependerá de ellos.

—Suerte —dije a modo de despedida, para entrar a la habitación de Riker a buscar mis cosas, pero en ese momento comenzó a sonar mi celular, y se trataba de mamá.

—¡Laura! —gritó espantada, sonaba preocupada —¿Dónde estás?

—Discúlpame mamá, pero tenía que preparar un informe para mañana con Alejandra, una compañera —mentí. Odiaba mentirle a mi mamá, pero era necesario.

—Laura, deberías avisarme para la próxima —sentí su suspiro —Me preocupas hija, pasas poco tiempo en casa. No sé ¿qué está pasándote?

Empecé a caminar por la habitación, sintiéndome perdida. Ya no sabía ¿qué decir? Mamá tenía razón en sospechar, porque estoy metida en cosas feas, y no le he dicho nada. Suspiré, pero choque con un mueble y se cayó una caja que llamó mi atención.

—Mamá, nos vemos en un rato —dije colgando, para fijar toda mi atención en esa caja.

Vi que sobresalía un cuaderno de color azul, era pequeño, pero... ¿por qué sobresalía? La curiosidad me ganó y...

—...—

—Stormie... —Mark empezó a hablar —Siento haberte dejado, pero...

—Mark... —Stormie lo interrumpió —Entiendo que necesitabas tú espacio, sé que fuiste egoísta pero te entiendo. No tienes que darme explicaciones.

—Pero...

—Pero nada, el hecho de que hayas regresado dice mucho de ti —Stormie sonrió de lado —Puedo perdonarte. Me hace sentir mejor volver a verte.

Stormie se acercó a su esposo y con cariño le dio un beso en los labios, el cual Mark respondió sin dudar. Stormie soltó lágrimas en ese beso, realmente había extrañado mucho a su esposo durante todo ese tiempo.

—Gracias por darme otra oportunidad —Mark limpió sus lágrimas con mucha ternura, como protegiendo a su esposa —Realmente gracias.

—Eres mi esposo, te dí toda mi confianza desde el día en el que nos casamos —respondió Stormie abrazándolo —Me hacías mucha falta.

—Y tú a mí, cariño —Mark acariciaba su espalda, con suma delicadeza.

Cuando se separaron, Mark frunció un poco su ceño, sintiéndose abatido de nuevo.

Confusiones y peligros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora