Sueños que parecen realidad.

712 64 4
                                    

Estoy sentada en la ventana de mi mejor amiga, ella y yo nos miramos sin saber bien ¿qué podemos hacer? De cierto modo hasta el día de hoy me siento como si fuese la persona más sucia del mundo, por lo que estuvo apunto de pasar, porque alguien pudo habernos violado.

—Riley, ya sé que tú también te sientes tan sucia como yo. Pero... —la estaba observando, ella tenía su computador encendido —No tienes que investigar más.

—Maya, ellos hablaban mucho de un tal Raiker Lanch [Riley lo pronuncia como lo escuchó, o como lo entendió. Sé que no se escribe de ese modo] —Riley suspiro —Quizás si descubrimos más del asunto, podamos ayudar más.

—¿Encontraste algo hasta ahora? —pregunté mirándola, no podía desalentarla. Además, Laura había sido muy buena con todas, ella nos ayudó mucho.

—Nada, dice que escribí mal el nombre —Riley suspiro.

—Déjame ver.

Riley me pasó su notebook, y pude ver que había escrito "Raiker Lanch". Mm... el nombre Raiker no es tan común, pero si escuché bien, mientras Martina hablaba con ellos le decía al rubio Lynch, entonces, no es "Lanch". Borré ese apellido, y escribí "Lynch", después le di clic a buscar.

Abrí mis ojos como platos al ver todos los resultados que aparecía, eso no podía ser cierto.

—¿Encontraste algo? —preguntó mi mejor amiga.

—Más de lo que podrías imaginar... —respondí con un susurro.

—¡Oh, genial! —Riley me quitó el notebook de las manos, y a los pocos minutos su cara se desfiguro.

—No puede ser... —susurró ella.

—Pero lo es —respondí en un susurro.

Riker Lynch estaba muerto, había muchos detalles de esa noticia, de ese suceso. Y había fotos de ese Riker.

—Es parecido al rubio que estaba con Laura —dijo Riley después de un rato.

—Es porque es su hermano —respondí y Riley abrió sus ojos de par en par. No lo podía creer.

—...—

Estaba observando la habitación de Riker, que hace mucho no había utilizado, entonces estaba más o menos vacía. Sentí muchísima pena al verla, porque todo estaba completamente diferente, todo era extraño, todo era vacío y sin vida.

Tenía mucho sueño, por lo que simplemente me acosté en su cama. Al hacerlo saqué mi celular y vi que tenía un mensaje de Rydel.

"—Mi papá me dejó dormir aquí, mañana volveré a mi casa.

Gracias por hacerme éste enorme favor. Tú eres una muy buena amiga.

Por favor, no respondas esto. No quiero levantar sospechas—".

Sonreí al ver ese mensaje, por lo menos las cosas le estaban saliendo bien a Delly, ella quizás conseguiría su objetivo de traer a su padre de vuelta a su casa, eso sería maravilloso. Quizás ese era el cambio que todos necesitaban.

Abrí esa cama, y me acosté, para intentar dormir con toda la tranquilidad posible.

—...—

Esa noche Stormie y Laura coincidirían en algo, aunque no lo sabían. Pero ambas serían testigos de algo que sólo ocurría en películas, algo que es tan loco, que necesariamente debes extrañar muchísimo a alguien para que eso pueda pasar realmente.

—...—

Me estaba viendo a mí misma, estaba en la habitación de Riker, estaba parada en medio de la habitación, sin hacer nada. Simplemente observaba todo. Hasta que...

—Mamá...

Esa era la voz de Riker, lo reconocí de inmediato. No pude evitar llorar, era todo tan real. Mi bebé, mi hijo mayor me estaba hablando, en mis sueños.

—¡Riker!

Intenté abrazar a Riker, pero no pude se desvaneció y me miró con pesar. Obviamente todo era demasiado irreal, demasiado doloroso.

—Mamá, no me puedes abrazar. Vine aquí para hablar contigo —explicó Riker.

—¿Dónde estabas? ¿por qué tuviste que morir? ¿por qué me mentiste? —pregunté, él sonrió débilmente —Quiero respuestas hijo.

—Sólo quiero que sepas que las respuestas están más cerca de lo que tú esperas —respondió mi hijo, sonriendo con pesar. Pude ver como empezaba a desaparecer, yo lo llamaba pero él no regresaba. Empecé a llorar, sintiéndome perdida.

—Mi habitación... —escuché un susurro, era su voz.

¿Su habitación?

¿Qué podía haber en un lugar tan vacío?

No lo entiendo.

Su habitación...

—...—

Entre mis sueños pude verme a mí misma, estaba parada en medio del departamento que íbamos a compartir Riker y yo, justamente en nuestra habitación. Me sentía segura, me sentía llena de paz. Pero... ¿por qué estaba soñando con un lugar así? Si de todas formas... podría ir cuando yo quisiera.

—Laura... —susurró una voz demasiado conocida para mí.

Me dí vuelta y pude ver a Riker, sentado en la cama. Era él, se veía tan apasible como siempre, tan calmado. Esto era una pesadilla, ¿cómo es que mi novio me estuviese hablando?

—Riker... —susurré nerviosa. Era él. Realmente era él.

Riker estaba sentado, me miraba desde la cama. Me regaló una de esas sonrisas donde se podían ver sus hoyuelos, esas sonrisas que podían calmarme.

—Riker, las cosas han sido muy difíciles —dije comenzando a llorar —Nunca pensé que tú morirías, nunca pensé que Ross estaría metido en tantas cosas, nunca pero nunca pensé que existiría otra persona entre nosotros. Nunca creí que habría... otra mujer —Yo creo que todo es raro, tú muerte trajo muchas cosas.

—Laura, las respuestas te las dará quién menos piensas.

Riker se desvaneció después de pronunciar esas palabras, dejándome con un montón de dudas. ¿Qué quería decir con eso?

—...—

Al día siguiente desperté y decidí ir a desayunar, no me importaba si me encontraba con Stormie, porque tenía que hablar con ella respecto al sueño que había tenido.

Al llegar al comedor, me encontré con ella.

—Laura, tesoro —dijo al verme, sorprendida —Buenos días linda, ¿dormiste aquí?

—Sí, Rydel me invitó —respondí —Ella fue a correr —mentí, no sabía si Rydel era deportista o no, pero... no podía decir otra cosa.

—Entiendo, linda.

Stormie y yo nos levantamos, yo la ayudé con el desayuno. Ella estaba poniendo dos platos, mientras que yo revisaba el tostador, y molí algo de palta [en otros países se llama Guacamole].

Nos sentamos las dos juntas en la mesa, mirándonos fijamente.

—¿Sabes algo, linda? —me preguntó Stormie mirándome —Anoche soñé con Riker.

—¿En serio? —ella asintió —Yo también.

—¿Sí? —asentí —¿Y qué te dijo? —preguntó ella.

—Fue muy rápido todo, sólo me dijo cosas cortas —expliqué.

—Lo mismo pasó conmigo.

—Es muy raro, quizás él.

En ese momento el timbre comenzó a sonar. Stormie se disculpó y fue a abrir, encontrándose con una gran sorpresa.

Confusiones y peligros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora