La discoteca.

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Iba manejando con un rumbo fijo en mi mente. Tendría que ir a la discoteca donde asesinaron a Riker. La policía simplemente había encontrado el cuerpo ya sin vida de Riker en la parte del conductor del auto de Riker, pero dicho auto fue arrojado al mar el último lugar en el que Riker había sido visto había sido justamente esa discoteca.


Al llegar estacione el auto con sumo cuidado porque sabía que en lugares como éste se robaban los autos entre otras cosas y lo hacían de una manera increíblemente fácil para variar. Lo bueno es que eran las cuatro de la tarde, por lo que tenía tiempo para averiguar detalles.


Al bajar del auto pude notar que no había rastros de que el lugar se estuviese investigando realmente. Nada de nada. Es más la discoteca seguía abierta, ¿por qué? No debería estar bajo cuestionamiento, bajo tela de juicio.


Entre al lugar, y mi sorpresa fue enorme al ver a Ross. Aunque de por sí el olor era malo, apestoso. Pero ¡vamos! ¿Qué hacía Ross aquí? Decidí acercarme lo suficiente como para escuchar su conversación con una chica, que parecía conocer bastante bien.


—Martina, dime ¿cómo han estado las cosas con Diego?

—Diego cada día está peor, es un bruto, se ha vuelto loco.

—¿Estás bien? ¿Te ha golpeado?

—No, la verdad es que no me ha hecho nada.

—¿Cómo está la niña?

—Aún no la encuentran, con todo lo que pasó con tú hermano, ella escapó. La está buscando por todas partes.

—Entiendo. Espero que se salve, quisiera ayudarte a encontrarla.

—Ross si te involucras en cosas como estás, te matarán a ti también —"Martina" sabía algo, por la conversación que llevaban lo supe.

—Quisiera que mataran a la que fue novia de Riker. ¿Sabes? Esa chica es una idiota, nunca supo valorar lo que tuvo al frente

—Ross, Jorge vendrá en cualquier momento, debo ver a las niñas

—Martina, cuídate. Cuídalas a ellas, no dejes que les pase nada malo.

—No lo haré. Sal pronto, si Jorge te ve aquí, se armará un...


Vi como Ross recibía un golpe en su estómago, muchas personas se juntaron y vieron el evento. ¡Ross recibió un golpe! Quien lo golpeó tenía el cabello negro, piel blanca, y era bastante sexy.


—¡¿Qué haces aquí?! —preguntó ese chico.

—Yo estoy aquí porque vine a hablar con Martina.

—¡Sabes que tienes prohibido entrar aquí!

—¡Entre Ross y yo no hay nada! —grito Martina

—¡No te creo! ¡Perra!

—¡No le hables así!

—¡Te mataría ahora mismo! ¡Nadie te extrañaría!

—¡Yo sí lo haría! —grité saliendo de mi escondite. Sin siquiera pensar en mis acciones. Mierda, todos me miraron.

—¿Laura? ¿Qué haces tú aquí?

—Yo... yo...

—¿Ves lo que te decía Martina? ¡Tú nunca serás la primera en la vida de nadie! —Diego me agarró del hombro, tirándome, dolía —¡Está tipa es la novia de Ross! Seguramente tú eres su amante, imbécil.

—¡Me está haciendo daño! —me quejé

—¡Diego no tienes que ser así con ella!

—Ella no es nada mío, era la novia de mi hermano. Y ni siquiera me interesa, pero si te metes con Tini, te metes conmigo.

—¡Qué miedo! Seguramente te vamos a creer lo que dices. ¡No nací ayer! —me soltó, caí al suelo. "Tini" me ayudó a levantarme.

—¡Cree lo que tú quieras! ¡Yo me voy! —Ross se fue, sin si quiera pensar en mí. Me quede sola con Diego y Martina, Martina negaba con su cabeza, sumamente preocupada, se notaba en sus ojos, y Diego sonrió de una manera que me pareció asquerosa, morbosa. ¿Qué pasaría ahora?

—Martina, quiero que la lleves con las demás niñas. 

—¿Niñas? ¡Tengo 19!

—Mejor. Pagarán más por ti. ¡Obedece Martina!

—¡Sí, Diego! —Martina me tomó de la mano y comenzamos a caminar hasta una habitación, antes de abrir susurro: "Lo siento"

—Tengo miedo... —dije con las lágrimas a punto de salir de mis ojos.

Confusiones y peligros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora