"No lo dejes morir".

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Todo permanecía en un silencio absoluto, nadie decía nada. Stormie tuvo que sentarse, porque empezó a llorar enseguida, desconsolada. Ross, fulminaba a Lodovica con la mirada.

—Es imposible que seas su esposa, porque él iba a casarse conmigo...

Hablé con la voz más quebrada de lo que hubiese deseado, pero con suerte podía contener mis lágrimas. Ella me miró y sonrió, evidentemente, mis palabras no le importaban.

—Lamento decirte, pequeña que Riker y yo nos acostamos en más de una ocasión...

Mi mundo se desmoronó al oír eso, me senté al lado de Stormie que por instinto maternal, acarició mi cabello y gracias a eso, empecé a llorar enseguida, fue inevitable.

—... Además, estoy embarazada —Stormie se levantó, yo no me podía mover, no podía creer lo que acababa de escuchar —. Estoy esperando un bebé de Riker.

—...—

De pronto, todo se vuelve negro.

De nuevo, estoy en un lugar donde todo es negro. Lo primero que aparece es un árbol. Seguido de eso, veo a Riker.

Sin pensarlo dos veces, le doy un fuerte golpe en el estómago.

—¡Maldito! —gritó mientras sigo llorando, estoy enojada, estoy cansada —. ¡Todo el tiempo que juraste amarme, me engañabas!

Lo golpeaba, pero de pronto, no pude seguir, ya que Riker se esfumó.

"No lo dejes morir..."

El viento susurró eso, en mi oído. No lo comprendí. "No lo dejes morir", Riker ya estaba muerto, ¿Cómo podía salvarlo? ¿A qué se refería? ¿Acaso Riker está escondido, está vivo?

—¡Necesito saber a qué te refieres! —grité, pero no obtuve ninguna respuesta.

Estaba tan alterada, que me movía de un lado a otro. De pronto, me senté enseguida y no podía evitar llorar. Iba a salir corriendo, pero unos brazos me detienen.

—Todo estará bien... —esa es la voz de Ross. Me acaricia el cabello, y me abraza. No me suelta y yo agradezco eso.

—...—

Jorge y yo estamos en el patio, pero ahora los dos estamos sentados en el pasto.

—No tienes que temerle a todos los hombres —me dice Jorge.

Acerca su mano a mi rostro, yo quería alejarla, pero no lo hice. Tocó mi mejilla, la acarició. Al principio tenía miedo, pero después, me gustó.

—Es relajante —dije sonriendo, me gustaba esa sensación.

—Esto es aún más relajante —susurra y ahora acaricia mi cabello, me encanta está sensación. Cuando Diego hacía esto, se sentía raro, no era delicado y tampoco tierno —. Pero esto ya refleja más confianza.

Jorge se acerca a mí y me da un tierno y cálido abrazo, lo disfrutó. Pero antes de poder separarnos por completo, lo acercó más a mi rostro y le doy un beso.

Es hermoso. Es la primera vez que yo besó a alguien, Diego siempre me daba besos a la fuerza, a los golpes. Pero dar un beso así, porque uno lo desea, es algo tan... Sabroso. Es dulce, es tierno, es amor. Nos separamos y los dos sonreímos.

Quiero decirle lo mucho que me gustó, lo mucho que disfrutó estar con él, pero de la nada, golpean a Jorge y yo retrocedo hasta quedarme en la banca, donde me siento a salvo.

—¡Eres un débil! No tienes que besar a una prisionera —lo reta su compañero de piel morena, no recuerdo su nombre, nunca me lo han dicho. Sin darme cuenta, ya estoy llorando.

—Ella...

—¡Silencio! ¡Sólo arruinarás más las cosas! —lo reta su compañero, sin darle tiempo a responder —. No podemos tener a un policía así, en un caso tan complicado. A partir de ahora, ¡Quedas fuera del caso Lynch!

Se llevan a Jorge aunque el da pelea. No se quiere ir, pero le ponen ese aparato que da la corriente y cae al suelo. Yo sólo lloró, porque ahora sí que no tengo idea de qué pasará conmigo. ¿Por qué la vida me odia?

—...—

Mark había llegado, y al vernos a todos tan afectados, comenzó a hacer las preguntas necesarias. De ese modo, se enojó bastante. Pero insistió en que todos fuéramos al comedor a hablar. Así lo hicimos. La única que no estaba era Rydel, que al parecer, estaba en la casa de su novio.

—Como espero al bebé de su hijo y vivo sola, quiero que ustedes, como abuelos del niño, me ayuden con dinero —pide Lodovica.

—No te daremos nada —responde Mark enseguida.

—Aunque quisiéramos hacerlo, no tenemos tanto dinero como para estar regalando —explica Stormie.

—Pero ustedes son los abuelos —responde Lodovica.

—Sí, ¿Pero no tienes padres? —pregunta Mark.

—No viven aquí, y tampoco tengo dinero para viajar a verlos —responde Lodovica rodando los ojos —. Y si ustedes no pueden ayudarme con esto, juro que abortaré al bebé.

Ellos comienzan a pelear, pero en ese instante, mis ojos se abren de par en par. Las palabras de Riker, se repiten en mi mente "No lo dejes morir". ¡Riker se refiere al bebé! ¿En serio hasta en sueños me habla? Esto me hace sentir utilizada, pero de todas formas, no puedo dejar que una criatura inocente se muera.

—¡Ya basta! —me levantó y gritó con lágrimas en todo mi rostro —, Dejen de discutir, por favor, eso no es bueno.

—Tampoco es bueno que los abuelos de mi hijo no me quieran ayudar económicamente —se defiende Lodovica cruzándose de brazos.

—Puede que ellos no te quieran ayudar, pero yo lo haré —respondo dando un suspiro, y todos los presentes me miran enseguida, sorprendidos. Yo no puedo hacer nada más, que llorar a mares.

Ahora resulta que Lodovica está esperando un bebé de Riker. ¿Creen que eso sea cierto? Pues con eso del sueño de Laura, pienso que hay una señal. Pero bueno... Ahora Laura quiere ayudar a Lodovica con dinero, ¿Será que están cayendo en una trampa? ¡Pronto sabrán la verdad!

Confusiones y peligros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora