Capitulo 7

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Esto debía ser una broma de mal gusto... ¡Billy se lanzó!

— ¡A-Andrew, haz algo! —exclamé bastante asustada a lo que él se asomó y sólo ví su cara de 'todo esta bien no te preocupes'.

— Billy cayó encima de Fred, no pasa nada, falsa alarma —lo mire un poco confusa para luego echarme a reír. Odio ésta clase de bipolaridad.

— Ve revisa que tal está, eres el mayor y yo necesito hacer mis cosas —, comenté para salir de ahí, tomar una toalla e ir a darme una buena ducha.

Narra Fred

Me echaron de clase de química una vez más, todo por dejar calva a una compañera, por favor, yo no tengo toda la culpa de lo que sucede.

Estoy llegando a casa pero vi algo inusual, era Billy, un momento, ¿Billy?, ¿en el borde de la ventana?

Corrí hacia allá y sentí un fuerte golpe encima mío.

— ¡Woho sí soy Superman! — exclamó Billy antes de lanzarse y caer sobre mí, era un niño loco.

Me recuerda un poco a mí; escuché voces provenientes de arriba, así que miré y logré visualizar a Andrew.

—¿¡Estás bien!? —gritó, yo sólo levanté mi dedo pulgar a lo que él asintió y volvió dentro.

Emma Pov

Salí de bañar, me cambié, arreglé y me dirigí a lavar mi preciosa ropa.

— ¡Ah, mugre vidaaa! —gritécon molestia.

— ¡Concuerdo contigo Em! —se escuchó Fred detrás mío, de ahí seguimos a una conversación mientras lavaba.

Terminé de lavar la ropa y regresé a ver la TV pues no tenía nada mejor que hacer

— Mi turno —le dije a Andrew mientras lle arrebataba el control.

— ¡Oye! —se quejó, mientras yo le cambiaba a una serie de Disney.

— ¿Qué no tienes tarea? —dijo arrebatádome el control.

— Sí,sí tengo pero no quiero hacerla que es diferente —dije—esto me pasa por culpa de Billy —refunfuñé.

— Sí, no deberías dejar tu celular donde sea —Billy se hizo presente.

— No debiste tirar mi celular a la pecera —dije mirándolo feo— niño malcriado.

— Basta, guarden silencio —Andre no aguantaba nada, pero si era él el que peleaba, uff. Justo cuando terminó sus palabras el timbre de casa sonó.

— Abre la puerta, Emma —pidió Andrew y lo único que hizo que accediera fue mí curiosidad.

Era la rubia esa del otro día.

— ¿Se te ofrece algo, rubia teñida? —pregunté en tono molesto.

— ¡Cállate niñata! —exclamó ésta. Cerré la puerta en su fea cara y fui a sentarme en el sillón otra vez.

— ¿Quién era? —cuestionó Andrew.

— La rubia que te comía el otro día —respondí encogiéndome de hombros.

— Ah... —dijo y uno... dos...— espera ¿qué? —se levantó como rayo, yo sólo tomé el control de la tele y le puse a Bob Esponja.

— ¡Emma, voy a salir! —se escuchó Andrew.

— ¡Está bien, solo dile a la rubia esa que eres solo mío! —grité de regreso; sí, a pesar de todo amo a mi hermano.

Mí vida a los 13 • En Edición •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora