La gente cambia

¿Demasiado tarde?

El día 2 de Enero se celebraba el juicio contra Lucius Malfoy. Hermione había ido con Draco y Narcisa, su madre. El Ministerio, a pesar de ser pronto, estaba lleno de gente que había acudido a ver el juicio. En la sala, vigilada por dementores, se encontraba el jurado y el juez. El acusado estaba sentado enfrente del juez, que ordenaba unos papeles en su mesa, ajeno a todo. A las 10 el juicio empezó y la chica pudo observar como Narcisa comenzaba a llorar y su hijo la abrazaba. Se sintió mal por tener que cortar con él viendo lo mal que lo estaba pasando, pero ella quería a Severus. A Lucius se le acusó de cinco asesinatos a sangre fría de muggles, por utilizar la maldición cruciatus e Imperius con muggles y con magos que no eran de sangre pura, por escaparse de Azkaban y por servir a Lord Voldemort en su primer y segundo ascenso. En su defensa, el Señor Malfoy alegó haber estado bajo la maldición Imperius y prometió dar nombres si le absolvían. El juez admitió la ayuda, pero solo le absolverían si la información era buena.

Dio nombres, los cuales a Hermione no le sonaron lo más mínimo. -¿Alguien más, Señor Malfoy?- Él afirmó con la cabeza. –Sí. Snape- Hermione soltó un grito. –Estarán de acuerdo conmigo en que Severus es inocente. Ya lo comprobaron ustedes en su momento, ¿no es así?- la chica vio a Albus Dumbeldore bajando las escaleras y acercándose al tribunal. –Si tiene que venir a declarar, vendrá. Pero no pienso permitir que vaya a Azkaban. Y ahora si no les importa, tengo que volver a Hogwarts. Buenos días- Dumbledore salió de la sala resuelto. Hermione fue a buscarlo para intentar entender algo, pero el pasillo estaba vacío. Volvió al castillo y buscó a Severus. Llegó a la puerta de su despacho y lo oyó hablar con Oriana. –Vamos, Severus, ¿no vas a decírselo?- Parecía agitada. –Oriana es una chiquilla, no lo entendería- Él no parecía muy dispuesto a decirle nada, de lo que quisiera que estuvieran hablando, a la gryffindor. -¿QUÉ NO LO ENTENDERÍA? AQUÍ EL QUE NO ENTIENDE NADA ERES TU, SEVERUS SNAPE. Hermione realmente te quiere y tiene derecho a saberlo. Tiene que saber que... -Maldita sea, Oriana, no puedo decírselo. No ahora. No. Me dejaría. No puede saber que puedo... Hermione irrumpió en la habitación. Los dos adultos se miraron y Oriana salió de la habitación, dejándolos solos. –Yo...- La morena escondió la cara entre las manos. Estaba llorando. Él la abrazó sin saber muy bien qué hacer. –Te quiero, te quiero mucho. Perdón por ser así- Hermione levantó la mirada. ¿Podría perdonarle?