P.O.V Annabeth.
- ¿Jackson, eh? - preguntó mi tío, dirigiéndole una mirada a Percy. Él levantó la mirada de golpe, apartando la vista de su cena. Pude sentir su cuerpo tensándose, sus puños apretando con fuerza los cubiertos. Me pregunté por qué se pondría así con el mero nombramiento de su apellido.
Percy trató de calmarse a sí mismo. Pude ver como relajaba lentamente la presión ejercida sobre el tenedor. Soltó un suspiro, suave, antes de dirigir sus ojos hacia al frente, donde se sentaba tío Joe.
- Sí - dijo - así me apellido.
Joe asintió, llevándose un trozo de lasagna a la boca.
- Curioso. Mi hermano estaba casado con una mujer que apellidaba igual.
- Bueno, señor - sentí como soltaba la última palabra con esfuerzo - es un apellido bastante común.
- Sí, lo sé. Pero... me recuerdas a ella. Sally, era su nombre, creo.
Miré a Percy a través de la mesa. Una ventana estaba abierta y ocasionaba que la araña que colgaba del techo se zarandeara suavemente, la brisa nocturna del invierno refrescando un poco el comedor. Sus facciones se endurecieron, y supe que si mi tío seguía haciendo preguntas, él explotaría.
- Está bien, tío Joe - dije. Traté de dibujar una sonrisa despreocupada - estaremos arriba.
No sabía demasiado sobre el pasado de Percy. Me había contado hace varios meses, lo que parecía una eternidad, que su madre había estado casada con un desgraciado. No mencionó detalles, solo que era muy violento. Y que, poco después de que lo encarcelaran por conducir ebrio, se divorciaron. Nunca mencionaba nada más.
Tomé a Percy del brazo y lo arrastré lejos de ahí. Pude sentir su mirada de agradecimiento clavada en mi nuca. Subimos las escaleras en silencio, nuestros pasos resonando en la, de repente, silenciosa casa.
Era nuestro segundo día allí, veintidós de diciembre. La nieve no había hecho acto de presencia en todo el día, pero ahora parecía haber arrancado con fuerza, el viento haciendo los vidrios silbar. Percy tomó mi mano con delicadeza, sus dedos apretando mi palma con cariño.
Pero sus ojos estaban opacos, y su otra mano estaba atrapada en un puño, sus nudillos blancos. Entramos en la habitación de invitados, donde nos sentamos en la cama. Esperé en silencio hasta que se tranquilizara. Su respiración descendió lentamente y sus manos se relajaron.
- Perdón - musitó después de un rato - debes pensar que soy un loco o algo así.
- No - respondí - pero - medité las siguientes palabras con detenimiento - me gustaría que, si quieres, me cuentes porque te pusiste así. La verdad, Percy. Nada más.
Se quedó mirando al vacío, el ritmo de su pecho acelerándose. Apreté su mano con fuerza, tratando de buscar sus ojos - Sólo si quieres - repetí.
- No es nada, Annie. En serio. Pero es que es una larga, larga historia que no me gusta contar.
- A veces, es bueno dejar las cosas ir. Desínflate un poco, así no reventarás.
- ¿Me estás comparando con un globo? - sonrió. Sus ojos verdes brillaban con el fulgor de siempre - me haces sentir gordo, Annabeth. - rodé los ojos, pero me alegró que sonriera.
- ¿Entonces?
- Sabes lo principal, ¿verdad? - suspiró. Asentí - Te dije que era abusivo, o eso recuerdo. Y que... bueno, le golpeaba a mi madre. Y que a mi me amenazó con hacerlo varias veces, ¿no? - volví a asentir, eso era lo que me había dicho esa tarde en la azotea de la escuela, hace dios sabe cuántos meses - Bueno, digamos que al principio si me amenazaba. Luego, un día, tropecé e hice caer su botella de cerveza, y sus amenazas se cumplieron.
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You and me (Percabeth)
RandomPercy y Annabeth tienen un pasado difícil. Al igual que la mayoría de los chicos que ellos conocen. Pero este año en la academia todo va a ser diferente. Una nueva verdad los embarga y los lleva a algo que nunca imaginaron. Nada va a ser igual, tod...