P.O.V Percy.
Regresé a mi habitación, solté un suspiro descomunal, y, en un arrebato de furia, arrasé con todo lo que había en mi escritorio.
Mier... pensé, pero no pude terminar, cuando vi mi mano ensangrentada. Había golpeado un porta retratos y el vidrio hecho añicos me había hecho daño. Observé la foto, y ver a Annabeth en el techo de la piscina, sonriente, con su cabello rubio revuelto por el viento; sus ojos grises pareciendo brillar incluso en la fotografía; y yo a su lado, abrazándola por detrás, hizo que me sintiera más culpable todavía, si eso era posible.
¿Por qué la vida tenía que ser tan complicada?
Pensé en los gritos que Annabeth me había dirigido hacía algunos minutos. Y me los merecía, me merecía todos y cada uno de ellos. Pensé en Melody, en su beso... que no había significado nada. Luego, una imagen de Annabeth besando a Leo volvió a cruzarse por mi mente, y procuré no sentirme ofendido. Comprendía a Annabeth, y sabía que había hecho todo eso en un arrebato de furia, pero igual... igual me dolió. Y no sólo porque ver a tu novia besar a otro chico era doloroso, sino porque ese chico era uno de tus mejores amigos. Entonces, traté de pensar en lo horrible que había sido para Annabeth verme besar a dos chicas en tres ocasiones, y me sentí despreciable.
Me dirigí hacia el baño de la habitación, y abrí el caño, dejando que el agua fría me limpiara las heridas. Me miré al espejo sólo un momento, y me sorprendí al ver que mis ojos estaban rojos. Observé las heridas: tres largas y finas líneas escarlata que se extendían en el dorso de mi mano. Pero entonces, asombrado, descubrí que las heridas se reducían, dejando solo unas marquitas enrojecidas. Me miré la mano, tratando de descubrir que había pasado. Volví a meter la mano bajo el grifo, y luego de unos instantes los cortes desaparecieron por completo.
Cerré el caño de golpe, y volví a observar mi mano, como si fuera la primera vez que la veía. Un escalofrío me recorrió y procuré alejar teorías paranormales de mi cabeza.
"Nos vemos mañana" Pensé en lo que Annabeth me había dicho. ¿Esperaría hasta mañana? Pensé en lo que debía hacer, ¿pedirle disculpas? Ya lo había hecho, y no había salido todo muy bien. Volví la vista hacia el reloj de la pared, y me sorprendí al ver que eran las dos de la mañana. Tomé el celular e inconscientemente marqué su número, pero me saltó el buzón de voz. Suspiré y me senté en la cama, y comencé a golpear mi cabeza contra la pared una y otra vez, no se qué estaba pensando, tal vez que si me golpeaba lo suficiente, regresaría en el tiempo.
Poco a poco, los golpes de la pared se confundieron con unos nuevos golpes en la puerta, y por un buen rato pensé que eran los mismos. Pero cuando paré, los golpes en la puerta siguieron. Me puse de pie y me dirigí hacia allí, con la esperanza da abrirle la puerta a Annabeth, pero en vez de eso me encontré con un Grover preocupado.
- Hola... - lo saludé, luego bostecé - ¿Qué haces aquí tan tarde? - pero al parecer, eso no le importaba a Grover, porque cuando me vio, pareció que le quitaran el peso del cielo de encima.
- ¡¿Dónde estabas?! - chilló.
- ¿Qué?
- ¡Me tenías preocupado! - Ok... pensé. Luego pareció cambiar de idea sobre su preocupación, porque sus ojos volvieron a oscurecerse. - ¿Annabeth está contigo? - preguntó.
- No - dije de inmediato. Grover abrió los ojos como platos.
- ¿Cómo que no está contigo?
- Que no está conmigo - le dije - Está en su habitación.
- No es así - dijo, viéndome a los ojos, y supe que no bromeaba.
- ¿Y dónde está? - pregunté, con un deje de preocupación. ¿Dónde podía estar a las 2:30 de la mañana?
ESTÁS LEYENDO
You and me (Percabeth)
LosowePercy y Annabeth tienen un pasado difícil. Al igual que la mayoría de los chicos que ellos conocen. Pero este año en la academia todo va a ser diferente. Una nueva verdad los embarga y los lleva a algo que nunca imaginaron. Nada va a ser igual, tod...